martes, 16 de febrero de 2016

Facundo Quiroga: La lucha por la Patria Popular y Federal

Facundo Quiroga de Octavio Calvo, pintor hiperrealista dotado de una gran sinceridad en su creación artística. 

El 16 de febrero de 1835, Facundo Quiroga, el "Tigre de los Llanos", fue asesinado en Barranca Yaco. Revolviendo archivos en casa encontré un texto escrito por mis compañeros y amigos Gustavo Gaitan y Atilio Martínez. Escribieron este texto hace años, más de 10 creo y viene justo para recordar a Facundo hoy. El material era parte de unas jornadas de formación política que hacíamos.


Lo publicó así, desconozco si es un borrador o el texto definitivo con el que trabajamos. La nota destaca que “Facundo Quiroga emergió representando el interés del pueblo, dándole dirección al mismo, pero nunca olvidando cuales eran las necesidades de aquellos que lo llevaron al lugar de caudillo y conductor”.


Afirman que “su muerte lo encuentra ya como mito viviente, al que debe recordarse como un hombre que cuando debió luchar, luchó, que peleó con alma y vida, que nunca se olvidó que el proyecto federal estaba antes que todo”.


 La vida y obra de "Facundo" está rodeada de coraje y valor. Existe una conexión indeleble, que le da continuidad hasta nuestros días al proyecto Nacional y Popular, entre las masas de gauchos del siglo XIX con las masa de trabajadores organizados del siglo XX, donde el caudillo dejó paso al líder, el que le dio mayor direccionalidad al proceso de liberación nacional. Proceso aun inconcluso, por el cual seguimos luchando desde las ideas y la militancia. Desde la política.


Les dejo el texto completo: 


Facundo Quiroga: la lucha por la Patria Popular y federal

…"el caudillo es la multitud misma hecha símbolo y hecha acción. Justamente por encontrarse el caudillo identificado con la multitud es que ha llegado a ser su conductor: por su boca y su gesto, habla y se expresa la multitud misma". José Maria Rosa.

Las dos argentinas

En la Argentina del siglo XIX, luego del los sucesos de Mayo de 1810, emergen dos grupos políticos que sostenían diferentes proyectos e ideas de país. Eran dos opciones con marcadas diferencias que se contraponían de manera antagónica e irreconciliable.

Por un lado, se agruparon los apóstoles de la dependencia, quienes vieron en Mayo una oportunidad para generar vínculos de sumisión con las potencias europeas, principalmente Inglaterra, a las que denominan la "civilización". Era una nación constituida a los fines de servir a los proyectos de expansión colonialista del capitalismo occidental.

Por el otro lado, emergieron los caudillos y sus gauchos. Se unieron para detener aquel proyecto e imponer uno verdaderamente nacional y popular.

Sin lugar a dudas, en está Argentina del siglo XXI las alternativas son las mismas, con idénticas acechanzas y desafíos. Es por ello que todo análisis del pasado argentino lleva implícito siempre un mensaje para el presente. En estas líneas no solo pretendemos homenajear a un prohombre de la causa Nacional y Popular como el Brigadier General Juan Facundo Quiroga, sino que además reivindicamos su ejemplo como norte y fuente de inspiración para continuar esta casi bicentenaria lucha por la construcción de una nación Justa, libre y soberana.

Civilización o Barbarie y el "Facundo" de Sarmiento

El federalismo, su lucha y su esencia, es producto del despojo que el interior debió padecer cuando triunfaron los postulados libre cambistas de Rivadavia y Mitre. Es una reacción natural a la esencia anti-Argentina y anti-Latinoamérica de la burguesía comercial porteña.

Evocar al "Tigre de los Llanos" es mucho más que reconocer su figura y trayectoria, es derribar los argumentos falsos y arbitrarios de Sarmiento, quien en su mentiroso y panfletario libro "Facundo" no solo pretende desacreditarlo, sino que lo escribe con un claro propósito de desprestigiar y calumniar a todos los compatriotas que luchaban por una nación inclusiva que defendiera lo propio.

El "Facundo" del siniestro sanjuanino es un crítica despiadada y falaz a quienes, con su vida y valentía, se opusieron a los infames planes de hombres como él, Rivadavia o Mitre. Es un libro político destinado a justificar el proyecto oligárquico que nos engrillaba y anexaba al imperio y al comercio británico.

El "Facundo", del maestro de San Juan, no es otra cosa que un panfleto plagado de errores, inexactitudes, infundios y mentiras, como lo reconoce el historiador "oficial" Félix Luna, en su libro "Los Caudillos". No obstante éste, se las ingenia para sostener que pintaba la esencia de Quiroga. Hecho difícilmente de creer, por que es poco serio sostener que partiendo de premisas falsas, se pueda construir verdad alguna.

Pero lo más grave de está grosería intelectual, de este atentado a la verdad histórica es que aun hoy las currículas que desarrollan los programas educativos mantienen muchos de estos sloganes como verdades irrefutables y la obra y vida de Sarmiento sigue siendo reverenciada por el aparato cultural del sistema y reproducida para las nuevas generaciones.

Para los defensores de la patria, el costo de su entrega es infinito, además de su vida, sus afectos y sus bienes personales, deben soportar el desprecio, la difamación y el olvido. "Facundo" conjuga de manera precisa esta afirmación. Al desprecio al gaucho, a su cultura, a su identidad, le siguió la infamia, la mentira y la difamación, como modo de expresión de ese desprecio y como prologo para ensombrecer a los caudillos y al gaucho, condenándolos al olvido y sentenciando la impunidad de los crímenes que debieron soportar.

Héctor Sáenz Quesada, otro fundamentalista de la zoncera "Civilización y Barbarie", justifica el sin número de atrocidades e injusticias del centralismo y unitarismo porteño, expresando livianamente "…la ciudad porteña, con vista al mar y a la civilización, defendiendo con su gente decente, a pesar de todo, la cultura europea contra la guaraní, la quechua o la sudanesa".

El caudillo, emergente popular

Arturo Jauretche, con su brillante simpleza, define al caudillo como el sindicato del gaucho, en tanto era protección efectiva de sus reivindicaciones y derechos y la bandera portadora de significaciones de esa masa que le ha depositado el poder invencible de su esperanza.

Para explayarnos más en la conceptualización del caudillo, traemos al texto una definición de Alberdi, escrita en su libro "Grandes y pequeños hombres del Plata", donde aludiendo a los pueblos del interior que eran oprimidos por el centralismo porteño dice "…no teniendo militares en regla, se daban jefes nuevos, sacados de su seno. Como todos los jefes populares, eran simples paisanos las más veces. Ni ellos ni sus soldados, improvisados como ellos, conocían ni podían practicar la disciplina militar. Al contrario, triunfar de la disciplina, que era el fuerte del enemigo por la guerra a discreción y sin regla, debía ser el fuerte de los cuadillos de la independencia. De ahí la guerra de recursos, la montonera y sus jefes, los caudillos elementos de la guerra de pueblo guerra de democracia, de libertad, de independencia. Antes de la gran revolución no había cuadillos ni montoneras en el Plata. La guerra de la independencia los dio a luz, y ni ese origen les vale para obtener perdón de ciertos demócratas. El realismo español fue el primero que llamo caudillos, por apodo, a los jefes americanos en que no querían ver Generales".

Los orígenes de Facundo Quiroga.

Nació en 1778, en San Antonio, un caserío situado al pie de la sierra de los Llanos en la provincia de La Rioja.

Su ponderación y consideración hacia el General San Martín, en las cartas se dirige a este como "Mi Venerado Jefe", lo llevó desde muy joven a Buenos Aires, donde tuvo un breve paso como voluntario en el Regimiento de Granaderos a Caballo.

Regresó en 1816 a La Rioja, donde asume la administración de los negocios de la familia. Su padre era un importante hacendado. Por entonces también colaboró activamente con el ejército del Norte que luchaba contra los realistas españoles, proveyéndoles de ganado y tropas.

A partir de 1820, con el cargo de jefe de las milicias de Los llanos, comenzó en La Rioja el influjo de Quiroga. Facundo se convierte en árbitro de la situación riojana y contribuye a colocar en el gobierno provincial a Nicolás Dávila.

No solo era un líder político de la situación provincial, sino un digno representante de una incipiente burguesía del interior del país. Entre sus emprendimientos comerciales estaba la explotación minera, Quiroga fundó una empresa local para la explotación de las minas de la Famatina, también se dedicó a la acuñación de monedas y obtuvo de la legislatura catamarqueña la concesión de los yacimientos mineros de esa provincia.

Nace el "Tigre de los Llanos"

Ante los planes del "bruto" de Rivadavia (1) y su sequito oligárquico, de entregar la riqueza mineral argentina, concediendo de manera sospechosa y leonina la explotación de la Famatina a una compañía inglesa, en el marco de los créditos y las políticas colonialistas que este oscuro y entreguista personaje suscribió en Londres, los cuales configuraron la primera deuda externa, principio de todos los males de nuestra Patria, emerge la dimensión histórica de Facundo como el patriota que se opone férreamente a la entrega de la soberanía nacional.

Pero sumado a la cuestión de las minas estaba la apertura indiscriminada del comercio exterior que iba en detrimento y ruina de la incipiente industria y comercio del interior y en beneficio de los "piratas" imperialistas.

Pero la gota que rebalsa la paciencia de los caudillos federales fue el intento de someter a las provincias mediante la imposición de gobernantes y la utilización de ejércitos de ocupación y mercenarios comandados por hombres como Lamadrid. Este hecho puntual empuja a que Quiroga y otros caudillos, respondan militarmente al odio que propagaba el centralismo y el liberalismo que postulaba el partido Unitario, hacia todo el interior.

A "Facundo y los llanistas", ante este escenario, no les queda otra opción que tomar las armas, movilizándose hacia San Juan. Ya en ese momento su figura irradiaba respeto, tanto es así, que bastó ese hecho para que caiga el gobierno unitario local y para que los mendocinos se pronuncien contra la Constitución unitaria que acaba de sancionar el Congreso.
En cuatro meses, "Facundo" sublevó a todo Cuyo y el Noroeste contra Rivadavia y sus cómplices, siguiendo el mismo camino que el General Francisco Ramírez, que seis años antes lo había hecho en el litoral contra el Directorio.

Las batallas contra el General Paz

En 1829, tras la toma de la provincia de Córdoba por parte del general unitario y liberal José María Paz y el derrocamiento del gobernador federal Bustos, "Facundo" acude a restablecer el orden político.

Al frente de sus bravos llanistas, invade Córdoba, eludiendo hábilmente al ejército del "Manco", lo que permite ganar terreno y ocupar la Tablada, paraje a las afueras de Córdoba capital, donde aquel lo espera para la batalla. En el combate de la Tablada es vencido, a pesar de la bravura de su milicia, confirmándose lo que todos decían de Paz, que era una gran estratega militar.

Vencido se retira, escarmienta a los unitarios riojanos que festejaban su derrota y se refugia y concentra fuerzas en San Juan, donde, en contra de todos los que creían que estaba acabado, reconstruye su ejército. Seis meses después atacó nuevamente a las fuerzas del Gral. Paz, pero es nuevamente vencido en la Batalla de Oncativo. El "tigre" luego dirá que lo han vencido "…con figuras de contradanza". Oncativo fue un desastre militar, una derrota aplastante.

Años después, en sus "Memorias", el Gral. Paz dirá que enfrentó ejércitos más aguerridos, más disciplinados, más profesionales, pero más valientes que los "llanistas", jamás. La valentía quedó patentada en el enfrentamiento en la Tablada, donde la artillería inclinó la balanza hacia las fuerzas del "manco", los federales al estar desprovistos de estos elementos, con Ángel Vicente "Chacho" Peñaloza a la cabeza, inician una loca carrera hacia los cañones con el lazo al viento, para sustraerlos y menguar los daños que el incesante cañoneo les producía en sus fuerzas.

Entrada triunfal a Buenos Aires.

Después de ser derrotado por segunda vez por las fuerzas de Paz, se retira hacia Buenos Aires, donde Rosas a pesar de lo acontecido lo recibe triunfalmente. Sin dudas el Restaurador lo estimaba como un valioso aliado, cuya presencia era indispensable para el triunfo del partido federal.

"Facundo" vive en Buenos Aires, preocupado por su mujer y sus hijos, que debieron exiliarse en Chile, y por los vejámenes que debió sufrir su anciana madre, en manos de miserables unitarios, como Lamadrid, que no tuvieron el decoro que si les propinó Quiroga, cuando este resulto triunfante en Tucumán.

Su situación comienza a tornarse desesperante, no tiene ejército, sus recursos se están agotando, su salud no es buena y el "Manco" Paz sigue ocupando provincias y persiguiendo a sus amigos.

Su más increíble campaña

En enero de 1831 los gobernadores de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos firman el "Pacto Federal". Aquel acuerdo, que expresaba el propósito de constituir la nación bajo el sistema que desean los pueblos, tenía una única fuerza militar que se oponía y que obstaculizaba este propósito y era necesario desarticular: eran las del General Paz.

Es la oportunidad que esperaba "Facundo". Arman sus tropas y avanza sobre Córdoba. En Buenos Aires, más precisamente en Pergamino, el riojano recluta una buena cantidad de hombres, conformando "La División Auxiliar de los Andes".

Un mes después de firmado el Pacto Federal, llega a Río Cuarto y toma el pueblo luego ocupa San Luís en Rodeo del Chacón lo enfrenta una de las mejores compañías de Paz, Quiroga dirige la batalla desde su carreta, torturado por el reuma y triunfa pasa a Mendoza a la que toma, refuerza sus huestes con hombres, con dinero y animales. Sube a San Juan y se reúne con su familia, que retornan de Chile.

Ya en Mendoza se entera que su histórico rival, el Gral. Paz, ha caído prisionero de López. "Facundo" decide ir en su encuentro, en el camino estaba Lamadrid con el resto de las fuerzas de Paz. Los dos ejércitos se avistan en la Ciudadela, provincia de Tucumán. Después de dos horas de batalla el ejército unitario abandona las líneas y sus jefes huyen hacia las fronteras de Bolivia.

Se consolida el federalismo

El capítulo de la guerra civil que se había comenzado a escribir tres años antes, con el fusilamiento de Dorrego, había quedado cerrado. Después de cerrar este ciclo de la lucha civil, casi todo el año 33 Quiroga vive en San Juan o Mendoza. A finales de aquel año 33 llega a Buenos Aires conduciendo la División de Auxiliares de los Andes, que devolverá formalmente al gobierno de Buenos Aires.

Se instala definitivamente en Buenos Aires el contexto político ha determinado una dura interna por el poder entre federales netos y lomo negros. En esta lucha Rosas necesita más que nunca de la amistad de "Facundo" y este se la brinda. Este periodo de la vida de "Facundo" está marcado por una fuerte predisposición a atender personalmente los intereses de su familia, en ese sentido destacamos que entre otras cosas se ocupa de cada uno de los detalles de la educación de sus hijos.

Estanislao López y los Reynafé

Si bien "Facundo" reconquistó su influencia en el panorama nacional, para él la victoria no es total ya que Córdoba queda bajo la influencia del caudillo santafesino López, quien intercede para que gobiernen allí los Reynafé, un clan familiar arribista que protegido por el santafesino comienzan a hostigar a los amigos de Quiroga.

La enemistad con López quedó de manifiesto y se hace casi insostenible cuando Facundo se enteró que López se quedó con su caballo, "El Moro", al apropiarse del botín del ejército vencido.

Las intrigas contra Rosas

Mientras Rosas procura el éxito de la expedición al desierto, el gobernador de Buenos Aires es Juan Ramón González Balcarce, quien a poco de comenzar a gobernar inicia un raid de concesiones a miembros del partido unitario y hacia federales "rebeldes". Esto produce fricciones en el seno del Partido Federal, aparecen dos bandos, por un lado los "lomos negros" que responde a Balcarce y los Federales "netos" que responden a Rosas.

A Facundo, el clima político no le es indiferente, pero pese a eso no toma partido por ninguno de los bandos Federales. "Facundo" es consciente que las luchas internas limitan políticamente la fuerza del Partido Federal. El hecho de que no se involucre directamente en política ha llevado a una corriente historiografica en "encapricharse" en tratar de mostrar a Rosas y Quiroga enemistados. Nosotros descartamos de plano esta mentira que ha sido planteada por la pluma antirrosista.

El historiador Di Paoli relata, en su biografía de Quiroga, una anécdota que viene a zanjar definitivamente esa mentira. Doña Encarnación Ezcurra, mujer de Rosas, es nombrada por Facundo Quiroga apoderada general de sus intereses, cosa que creemos no sucedería en un entorno de enemistad y enfrentamiento.

La vuelta de Don Juan Manuel y las fricciones internas

Manuel Vicente Maza asume en el año 1834 la gobernación de Buenos Aires, el poder real descansaba nuevamente en Rosas, ya que era bien conocida la influencia de este sobre el ahora Gobernador de la provincia de Buenos Aires.

A días de la asunción de Maza se produce en el Norte una revuelta que tiene como actores principales a los gobernadores de Salta y Tucumán, la intransigencia de estos lleva a ambas provincias a un inevitable enfrentamiento, si no se actuaba con rapidez estas escaramuzas podían ser la oportunidad que los unitarios han estado esperando para poner en jaque el proyecto federal.

Rosas y Quiroga comprenden cabalmente la situación. Era necesaria una intervención, la sangre de ambos caudillos hervía. El "Tigre de los Llanos" siente que es necesaria su intervención, decide dejar de lado la comodidad que le ofrece la ciudad de Buenos Aires, su compromiso político con la causa federal es más fuerte.

Mediador en el norte

La travesía que decide emprender "Facundo" imponía transitar por las provincias de Santa Fe Córdoba y Santiago del Estero, gobernadas por López, los Reynafe e Ibarra respectivamente.

Los Reynafe

Entra en la escena de este humilde trabajo un apellido que no pasará a la historia por los aportes que hicieron para lograr consolidar el proyecto federal. Todo lo contrario el "Clan Reynafe" de intervenciones penosas y rastreras entrara por la ventana de la historia como artífice de unos de los más repudiables crímenes de la historia argentina.
Gobernaban Córdoba y tenían para con Quiroga un doble discurso, públicamente le profesan respeto, pero por lo bajo lo rechazan y profesaban una manifiesta enemistad.

A ellos queda a medida el mote de "clan arribista", eran sujetos con poca experiencia en el manejo de la cosa pública, errantes militares, que hacían de las intrigas su forma de gobernar. El único merito que se les reconoce es haber servido fielmente en las huestes del santafecino López, quien al retirarse de Córdoba los pone a dedo en el gobierno.

Facundo no ignora el peligro que implica atravesar Córdoba, no obstante decide transitar por aquel territorio, le ha sido comunicado que amigos suyos están siendo perseguidos, el hijo del general Bustos se vio en la necesidad de salir de Córdoba, amenazado en reiteradas oportunidades por matones que responden a los Reynafé.

La conjura para matar al "Tigre de los Llanos" se pone en marcha cuando los gobernadores de Santa Fe y Córdoba desoyen las órdenes de Rosas y no prestan ayuda a Facundo.

Ya en territorio cordobés, rumbo al foco del conflicto, los Reynafé intentan por primera vez asesinarlo, este intento fracasa porque a último momento la persona encargada de materializar el magnicidio se arrepiente.

Luchas intestinas del norte

Los motivos del enfrentamiento entre salteños y tucumanos es principalmente que ambos gobiernos estaban infiltrados tanto por federales "rebeldes", como por unitarios que respondían a las logias secretas que asolaban Buenos Aires y que tenían como principales ideólogos a los seguidores de Rivadavia.

Sabe Facundo que su ascendencia sobre los pueblos y gobernantes del norte será determinante para detener la empresa política que han elaborado en Buenos Aires contra Rosas. Su prestigio político está intacto, el objetivo de su viaje es claro: ambos gobernadores deben deponer las armas, terminar con los amagues de agresión y limpiar sus gobiernos de los elementos que los han infiltrado.

Antes de la llegada de Facundo al límite con Santiago del Estero, manda misivas a todos los políticos y militares del norte, invitándolos a que bajen a la provincia mencionada. En tierras del gobernador Ibarra, tendrá epicentro una de los mítines políticos más importantes y más solapado por nuestra historia. "Facundo" haciendo gala de toda su experiencia y ascendencia sobre los norteños y en una acción de alta política, alcanza la paz para las provincias en conflicto, esto se traduce en un tratado de que es suscripto por todos los interesados. En el citado tratado se expresa en su artículo primero que "…habrá paz, amistad y alianza especial entre los gobiernos de Tucumán, Salta y Santiago del Estero…"

Sicarios y una muerte indigna para un grande

Terminada su gestión de paz, emprende el regreso. Su espíritu temerario e inclaudicable lo lleva a desoír a sus amigos que le aconsejan no volver por Córdoba, atento a la manifiesta enemistad de los Reynafé. Frotándose las manos, los hermanos Reynafe se han jurado no fracasar nuevamente. Mientras, Quiroga repite incansablemente a sus amigos que cree en su estrella y que no ha nacido el hombre que le de muerte al "Tigre de los Llanos".

Al ingresar al territorio cordobés, por el departamento Tulumba, distrito a cargo de uno de los hermanos Reynafe, en el paraje conocido como Barranca Yaco, el sicario Santos Vega y sus secuaces esperaban agazapados el paso de la comitiva de "Facundo". La misma es interceptada al caer el mediodía, los forajidos salen de su escondites y detienen la carreta, ante lo cual "Facundo" sin perturbarse sale y pregunta "…quien manda esta partida?...". Serán sus últimas palabras, un pistolazo certero le da en un ojo, muriendo al instante, sus acompañantes son brutalmente asesinados y sus ropas y demás pertenecías son repartidas entre los asesinos.

Ese disparo determinó la desaparición física de uno de los más insignes y dignos caudillos que parió la patria federal, entendedor y fiel ejecutor del proyecto Nacional y Popular, que tiene a San Martín, Rosas y Perón como sus máximos exponentes.

La patria llora y nacen las conjeturas

La noticia de la muerte de "Facundo", genera una situación de angustia en todo el territorio patrio, el país federal llora la muerte de uno de sus jefes. Su desaparición desata innumerables conjeturas acerca de los responsables intelectuales de su muerte. Es sabido que el sicario de Santos Pérez era un matón de los Reynafé, la incógnita que se instala es saber si estos actuaron solos o fueron inducidos, si lo fueron surge como inevitable pregunta ¿Quién? Rosas?, López?, los Federales Rebeldes?, los unitarios?. Es una duda que aún persiste.

Nosotros creemos que los Reynafé son los responsables materiales e intelectuales de la muerte de "Facundo", porque no existe un dato cierto, serio y que pueda ser certificable que nos haga dudar de esta afirmación, las muchas presunciones, algunas de las cuales hemos citado son intrigas y suposiciones, creadas al calor de la necesidad e interés político de quien las escribió, como por ejemplo cuando se acusa a Rosas, solo se pretende ensombrecer su figura, desacreditarlo y difamarlo con el único propósito de menoscabar su obra como Gobernador de Buenos Aires y figura preponderante del Partido Federal.

Consecuencias del magnicidio

La muerte de Quiroga tuvo implicancias extraordinarias, una de ellas fue la de poner en peligro la continuidad del Proyecto Federal, lo que determina que Rosas deba retomar el poder. Rosas jura vengar la muerte de uno de sus principales aliados políticos. Se inicia de este modo en Buenos Aires un proceso para determinar quienes han sido los asesinos, llegando a la conclusión que los responsables son José Vicente y Guillermo Reynafé y Santos Pérez, a quienes se condena a muerte, cumpliéndose dicha resolución el 26 de octubre de 1837 en la plaza de la Victoria.

"Facundo" y su aporte a nuestro tiempo

La muerte de Facundo lo encuentra ya como mito viviente, al que debe recordarse como un hombre que cuando debió luchar, luchó, que peleó con alma y vida, que nunca se olvidó que el proyecto federal estaba antes que todo.

Su recuerdo sigue aún vigente en los Llanos de La Rioja y en todo el territorio nacional, aun perduran las leyendas que en su tiempo contribuyeron a conformar el mito: "...el general no dormía nunca…", "… el general leía el pensamiento…", "…al general no se lo podía engañar…", "…el general no estaba muerto sino escondido en los reinos de arriba…".

Los caudillos ocuparon un rol trascendental a la hora de oponerse a los planes del partido unitario, encabezados por Rivadavia y sus cómplices, que intentaban atar a la Argentina y someterla como colonia dependiente, entregando la explotación de los recursos naturales y minerales a los monopolios británicos y tomando empréstitos usurarios de la banca imperialista.

La vida y obra de "Facundo" está rodeada de coraje y valor. Sigue siendo un ejemplo para quiénes estamos persuadidos que la alternativa de nuestra hora es como hace doscientos años liberación o dependencia, una antinomia con una vigencia absoluta y que optar por la liberación es sumarse de manera militante a la búsqueda incansable de la Independencia Económica, la Soberanía Política y la Justicia Social.

Facundo Quiroga emergió representando el interés del pueblo, dándole dirección al mismo, pero nunca olvidando cuales eran las necesidades de aquellos que lo llevaron al lugar de caudillo y conductor, quedando demostrado que los movimientos nacionales se dan sus "lideres", en proceso de búsqueda y encuentro mutuo.

Existe una conexión indeleble, que le da continuidad hasta nuestros días al proyecto Nacional y Popular, entre las masas de gauchos del siglo XIX con las masa de trabajadores organizados del siglo XX, donde el caudillo dejó paso al líder, el que le dio mayor direccionalidad al proceso de liberación nacional. Proceso aun inconcluso, por el cual seguimos luchando desde las ideas y la militancia. Desde la política.

Escriben: Atilio Martínez y Gustavo Gaitan. 

Notas.
(1) A modo de aclaración, vale acotar que el apodo que utilizamos para Rivadavia no es antojadizo, es fruto de sus iniciativas, de sus "ideas". Como construir un canal entre Buenos Aires y Mendoza o mandar a realizar un pozo en busca de agua al lado de un río. Ejemplos como estos dan cuenta que es toda una mentira de la historia oficial el denominarlo estadista o visionario, más bien fue un cuadrado sin virtud alguna.

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