La revolución de Mayo es un hecho tergiversado por la Historia. |
El 25 de mayo de 1810 tiene más valor simbólico que histórico o político. Valor simbólico de un hecho fundacional que todo pueblo necesita reconocer para afianzar su identidad. Pero no fue el 25 de mayo un grito heroico de libertad como el de Tupac Amarú.
No hubo violencia, que es según el Diccionario de la Real Academia Española una de las características ineludibles que tiene el vocablo revolución, ni hubo cambios radicales. No fue tampoco una gran movilización popular como lo fue la reconquista de Buenos Aires durante las invasiones inglesas. No fue un gesto imperativo de las masas sublevadas como el 17 de octubre de 1945 pero tampoco una decisión tomada exclusivamente por los doctores y la "gente decente" como lo cuenta la historia liberal mitrista.
No declaró la independencia pues se hizo en nombre de Fernando VII. Destituyó un virrey, pero ese hecho ya tenía antecedentes con la destitución de Sobremonte cuando se eligió a Liniers. No existieron las escarapelas celestes y blancas que nos enseñó falsamente el Billiken porque se repartían estampitas con la efigie de Fernando VII, con un tono rojizo como el de la bandera española.
Mariano Moreno. |
Ahora, si Mayo fue Moreno y esta fue una revolución que pudo haber sido, pero que no fue, ¿qué se celebra? ¿Qué conmemoramos? ¿Cuál debe ser la reflexión? Debe ir mucho más allá del 25 de mayo de 1810, en más de dos siglos de historia hay muchas páginas gloriosas para rescatar, que trazan la columna vertebral del pueblo argentino y sus más de 210 años de lucha y resistencia.
Escribe: Dr. Alejandro Gonzalo García Garro
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“Ya que la América del Sud ha proclamado su independencia,
para gozar de una justa y completa libertad, no carezca de las luces que se le
han encubierto hasta ahora y que pueden conducirla en su gloriosa insurrección.
Si no se dirige bien una revolución, si el espíritu de intriga, ambición y
egoísmo sofoca el de la defensa de la patria, en un palabra: si el interés
privado se prefiere al bien general, el noble sacudimiento de una nación es la
fuente más fecunda de todos los excesos y del trastorno del orden social. Lejos
de conseguirse el nuevo establecimiento y la tranquilidad del interior del
estado que es en todos tiempos el objeto de los buenos, se cae en la mas
horrenda anarquía, de que se siguen los asesinatos, las venganzas personales, y
el predominio de los malvados sobre el virtuoso y pacifico ciudadano".
Mariano Moreno. "Plan de Operaciones", 1810.
"No tienen los pueblos mayor enemigo de su libertad,
que las preocupaciones adquiridas en la esclavitud." Mariano Moreno.
"Sobre las miras del Congreso que acaba de convocarse, y Constitución del
Estado", 1810.
Caracterización de la Revolución
Para la historia oficial mitrista Mayo es una revolución
antihispanica, porteña, separatista y probritánica. Tiene el objetivo
primordial de vincularnos económicamente con Inglaterra. Fue realizada, como ya
dijimos, por la gente decente del puerto. Para ellos las invasiones inglesas
sembraron la idea de la libertad en los porteños y el proceso fue también parte
de una maniobra geopolítica de Inglaterra y su diplomacia. Sostienen que la
bandera principal fue el librecambio y el hombre que personifica la revolución
es el liberal colonizado, autor de la "Representación de los
Hacendados", Mariano Moreno. Es una historia patriarcal también, en la que
no existe la participación de las mujeres, las que fueron invisibilizadas.
Sin dudas, con matices y un poco más ajustada a la verdad
ante diversos embates, esta es la versión que predomina culturalmente aun hoy.
Fue pensada por el liberalismo argentino, con la finalidad de construir un hito
fundacional a imagen y semejanza de Mitre, Sarmiento y cía. Es un relato histórico
destinado a justificar, con el pasado, toda la política antinacional y
entreguista que sobrevino a Caseros y Pavón. Toda política antinacional, desde
Rivadavia hasta la dictadura de 1976, invoca este Mayo como antecedente de sus
acciones.
Frente a esta versión interesada, se abrió paso otra
explicación de los hechos de Mayo. Para una corriente del revisionismo
histórico, Mayo fue una Revolución Democrática. Más que separatista y
antihispanica, fue una lucha entre demócratas influidos por las ideales
revolucionarios del siglo XVIII contra los absolutistas y burócratas
monárquicos aferrados a los privilegios de la vieja España reaccionaria.
Distingue con claridad dos tipos de liberalismos, uno de corte colonial y
dependiente, conservador, europeizado, elitista y oligárquico y otro de corte
revolucionario, democrático y nacional. En este último se inscribe el impulso
inicial de Mayo. No fue pues una lucha entre criollos y españoles, fue una
lucha entre demócratas y absolutistas, una disputa entre partidos políticos y
no entre naciones.
Esta construcción histórica no fue tan homogénea ni
inmediata como su antagonista. Aún hoy recibe aportes. Tal vez porque se
cumplió la sentencia que a la historia la escriben los que ganan, se tuvo que
esperar mucho tiempo y autores como para dar cuerpo a esta corriente que
encuentra sus orígenes en Juan Bautista Alberdi y sus "Escritos
Póstumos". Bajo esta perspectiva se puede comprender en su plenitud a un
Mariano Moreno revolucionario y su "Plan de Operaciones" junto con la
obra de la mayoría de los patriotas de Mayo.
Estas son las dos grandes corrientes que explican la
Revolución de Mayo. Sin dudas hay otras, como también matices entre ellas. Pero
creo que en líneas generales estas reflejan la disputa histórica sobre el tema
en cuestión.
Mayo es Mariano Moreno
¿Cómo se puede entender la Revolución de Mayo? Por la
presencia de un hombre: Mariano Moreno. Es en la lucidez política de este
personaje, que pasó por la historia argentina como un relámpago, donde podemos
encontrar el verdadero germen revolucionario de Mayo y su dimensión histórica y
nacional. La acción política emprendida, durante su corta gestión se puede
calificar de revolucionaria, dirigista, estatista, nacionalista, prohispánica,
intervensionista y de dimensión continental, latinoamericana.
La lectura de sus textos, fundamentalmente del "Plan
Revolucionario de Operaciones" muestra una penetrante comprensión de lo
que es el Estado, de la estrategia y táctica para apoderarse de esa maquinaria
y hacerla servir a los propios fines, contra sus antiguos usufructuarios.
Pero, como advertimos, las conclusiones sobre Moreno y
sobre todo el proceso de Mayo, constituyen junto a la época de Rosas, las
páginas donde se cobija la mayor diversidad de opiniones y disímiles
interpretaciones en la historiografía argentina sobre los mismos hechos. Al
punto de ser antagónicas.
Como vimos, para los libros de historia, y por ende los
argentinos, hay muchos "Mayos". Pero la clave de todas las lecturas
se encuentra en la caracterización de Mariano Moreno.
La manipulación política de Mariano Moreno por
la historiografía
Siguiendo esta teoría, analizaré las distintas posiciones
historiográficas sobre la Revolución de Mayo a través de la caracterización que
hacen, cada una de las escuelas, sobre Moreno.
Ante la figura histórica de Mariano Moreno, hay que
elegir, porque escribir historia es elegir, "Toda historia es
elección". La elección es ineludible, inapelable en el "caso
Moreno". No faltan documentos sobre él y su época, pero ningún historiador
puede amparase en ellos para ahorrarse el trabajo de opinar. No hay medias
tintas en las interpretaciones de la figura de Moreno, sus pocas acciones
políticas, todas trascendentes y decisivas, son a primera vista intrincadas y
hasta contradictorias. Incluso para hacer más complicada su interpretación,
algunos documentos son públicos y otros secretos.
¿Cuál es en fin el "verdadero" Mariano Moreno?
¿El del motín de Alzaga? ¿El librecambista que supuestamente realizó la
"Representación de los Hacendados"? ¿El "extremista"
Secretario de la Junta que escribe el Plan de Operaciones? ¿El devoto católico
estudiante de teología? ¿El ateo jacobino anticlerical?
La cuestión Moreno es un ejemplo de la sentencia de
Jauretche: la cuestión histórica es una cuestión política. La diversidad de
"Morenos" responde a las diferentes políticas que se quieren
sustentar a partir de la interpretación histórica. Solo haré una enunciación de
carácter ejemplificativo que no pretende ser exhaustiva ni metódica. Quiero dar
al lector un pantallazo de los dos Morenos y sus autores... Veamos.
El liberal de la "Representación de los
Hacendados"
Dejando de lado a Manuel Moreno, (hermano de Mariano) que
escribió una biografía en 1812, uno de los primeros autores que se ocupó de
Mariano Moreno fue Vicente Fidel López. Padre fundador de la historia liberal
junto con Mitre, en su monumental obra "Historia de la República
Argentina", López afirma que el 25 de Mayo fue una verdadera revolución
independentista y Moreno era un liberal definitivamente influido por las ideas
de la Ilustración francesa, de modo que las constantes menciones de fidelidad a
Fernando VII que aparecen en los documentos oficiales son interpretadas como
una mistificación, en adhesión a la idea de la máscara de Fernando.
Estas ideas no sufrieron grandes cambios en las glosas de
Sarmiento y Mitre. Esta visión era concordante con las ideas liberales que
encarnó la intelectualidad antirrosista primero, y la generación del 80
después. Esas generaciones requerían un Moreno liberal, librecambista, anti
hispánico, laicista e incluso pro británico. Esa generación requería el repudio
de Mitre a España, el invento mitrista de un mayo antiespañol, librecambista,
ilustrado desde las luces de Francia y probritánico en lo económico.
En fin, primero López y luego Mitre juzgan a Mayo como un
movimiento separatista, anti hispánico, dirigido a obtener el comercio libre, y
por ende pro británico, la chispa del movimiento habrían sido las ideas
divulgadas por los ofíciales ingleses durante las invasiones que ocurrieron
unos años antes de Mayo.
Esta versión de los sucesos de Mayo es la que está todavía
vigente hoy en muchos de los programas educativos. Y se repite cada año en
publicaciones escolares. Es decir, interpretada como norteamericana por el
ejemplo del norte, inglesa por el liberalismo británico y francesa por los
libros de los enciclopedistas.
En el siglo XX, en trabajos aparecidos hacia 1921, Ricardo
Levene presenta a Moreno como liberal, pero también, y a diferencia de López,
como prohispánico y clerical. Pero ésta, en realidad, no fue más que una
pequeña variación sobre el mismo tema de la historia oficial. Esta tesis fue
repetida por miles de libros y ensayos por cientos de autores.
La Historia Social y Moreno
A la corriente de la Historia Social, la que domina hoy el
aparato académico de la historia, el tema se les ha tornado complicado. Desde su
aparición en 1956, en plena revolución fusiladora antiperonista, José Luís
Romero y Halperín Donghi vienen aceptando la versión mitrista clásica. Pero
ellos, según propia confesión, intentan remozarla, porque en la actualidad se
encuentran con problemas para mantener la interpretación de Mayo dada por
Mitre.
Luís Alberto Romero, en un rapto de sinceridad académica
reconoce ceremoniosamente: "Hace tiempo que los historiadores
profesionales, los historiadores en serio, vienen criticando esta explicación
(la versión mitrista de Mayo). Coinciden en que los sucesos de Mayo de 1810
no fueron el fruto de un plan previo sino la imprevista consecuencia de un
evento lejano...Un grupo de vecinos se hizo cargo del gobierno, de manera
provisoria, sin saber bien para quién ni contra quién... (Los
historiadores) estamos lejos de lo que se enseña en la escuela y también del
sentido común. Sin duda hay una brecha que debe ser cerrada pues en Historia,
tanto como en Física o Matemática, no puede admitirse tal distancia entre el
saber científico y el escolar. Pero hay que hacerlo con cuidado. Este relato
mítico (sobre Mayo) es hoy uno de los escasos soportes de la comunidad
nacional" (Clarín 24/5/2002).
Se le podría retrucar que lo que está en crisis en parte
no es la "comunidad nacional" sino la conciencia colonial creada y
alimentada por la historia oficial de la cual Romero es uno de sus principales
representantes. Y si esa comunidad nacional estuviese en crisis por los escasos
soportes que la sostienen, ¿Es lo correcto continuar fabulando, mitificando?
¿Se fortalece la comunidad nacional con la mentira?
El revolucionario del Plan de Operaciones
En el siglo pasado, en la década del 40, cruzándose con
esta tendencia aparecen dos libros del mismo autor, "Mariano Moreno y la
Revolución Democrática Argentina" y "Mariano Moreno y su época"
de Rodolfo Puiggrós. El autor era por entonces un expulsado del Partido
Comunista y comenzaba su acercamiento al peronismo y al pensamiento nacional.
Los libros, más allá de los matices, mostraban a Moreno
como un revolucionario completamente independentista, republicano y
democrático. Puiggrós festeja en su trabajo los arrebatos jacobinos de Moreno y
oculta o evita las evidencias que hacen de Moreno un ferviente liberal.
Raúl Scalabrini Ortiz
El enorme Raúl Scalabrini Ortiz, en el prólogo de su obra
"Política Británica en el Río de la Plata" señala: "Los
revolucionarios de 1810, con exclusión de Mariano Moreno, adoptaron sin
análisis las doctrinas corrientes en Europa y se adscribieron a un libre cambio
suicida. No percibieron siquiera, esta idea tan simple: si España, que era una
nación poderosa, recurrió a medidas restrictivas para mantener el dominio
comercial del continente, ¿cómo se defenderían de los riesgos de la excesiva
libertad comercial estas inermes y balbuceantes repúblicas sudamericanas? Pero
el manchesterismo estaba en auge y a su adopción ciega se le sacrificó todas
las industria locales". Y más adelante ensambla la Revolución de Mayo
con el espíritu de Mariano Moreno: "En su Plan Revolucionario- tildado
de terrorista por los que creen que los tremendos estertores que anuncian,
preceden y acompañan al nacimiento de las naciones, pueden ser realizados por
una mansa conjunción de burgueses y paraguas- Mariano Moreno cuyo enfoque
político no ha sido superado hasta hoy en el enfoque de los problemas
argentinos, dilucida con extraordinaria clarividencia los modos propios de
actuar de la perfidia al servicio de los intereses extranjeros, y arguye
medidas extremas para sofocar en su origen rumores, calumnias, y torpezas que
pueden relajar los ímpetus realizadores de una revolución".
Y Scalabrini va más allá, con su amarga dureza, cuando
afirma que en realidad la Revolución de Mayo no fue la raíz de nuestra independencia,
sino la causa del drama posterior. Cuando, ya derrotado definitivamente el
morenismo, se concibe durante la gestión de Rivadavia el empréstito de la
Baring Brothers que da comienzo a nuestra dependencia económica financiera con
Gran Bretaña.
Hernández Arregui
Juan José Hernández Arregui, en "La Formación de la
Conciencia Nacional" repudiando las maniobras de la historia oficial
sentencia "Mariano Moreno, ejemplo típico de esta degradación
historiográfica, presentado como liberal, antihispanista y democrático, cuando
en realidad fue proteccionista, hispanista y autoritario". Realiza un
análisis con conclusiones muy positivas sobre Moreno y el Plan de Operaciones.
En algunos párrafos se lee "Moreno había previsto estos males y medio
siglo antes de que mitre sacrificara el país a Buenos Aires, es decir a la
clase ganadera, había preconizado un programa nacional tan realista como el
puesto en práctica por los Estados Unidos al declararse la independencia".
Junto a muchos otros elogios, califica a la política de Moreno como "un
valioso antecedente", "realista y justa y nada simplista".
Abelardo Ramos
Para Jorge Abelardo Ramos es Moreno "la viva
representación del jacobinismo revolucionario, es decir la idea de la Nación en
Armas contra la reacción absolutista española" ("Revolución y
Contrarrevolución en Argentina").
Pero en algo fallaba también para Ramos la concepción
política de Moreno. Según este historiador, el jacobinismo no podía tener
viabilidad en el Río de la Plata porque le faltaba el sustento social: la
burguesía industrial. Esta carencia de sustento material es la explicación del
rápido crepúsculo del partido morenista.
No obstante, para Ramos, "el punto de vista de los
revolucionarios de Mayo, expresado por Moreno en su Plan, algunas de cuyas
proposiciones se llevaron a la práctica, nace de una comprensión profunda de la
realidad". En un juicio favorable, Ramos caracteriza a Moreno como
proteccionista y enemigo del libre cambio.
John William Cooke
Cooke en 1965 publica su trabajo "Apuntes para la
militancia". Se trata de un revisionismo histórico peronista y militante.
En sus apuntes, que son de un alto valor político e historiográfico para toda
una generación, señala con claridad el verdadero significado y la trascendencia
revolucionaria de Moreno al afirmar que: "Desde la Independencia, los
intereses foráneos tenían su aliado material en la burguesía comercial de
Buenos Aires, dispuesta a enriquecerse como intermediaria de un comercio sin
restricciones con Europa. Su primera víctima fue Mariano Moreno, cuya visión
americanista chocó con el centralismo unitario que subordinaba el país a la
política bonaerense".
Norberto Galasso
En 1994 aparece un librito notable: "Mariano Moreno,
el sabiecito del sur" escrito por el historiador Norberto Galasso de la
corriente historiográfica autodenominada como "Revisionismo Federal
Provinciano Socialista". En realidad, es una ampliación de un trabajo
publicado mucho tiempo atrás que se llamó "Mariano Moreno y la Revolución
Nacional".
Es una obra doblemente meritoria, primero por la
originalidad y profundidad de la misma y segundo por el rigor documental en la
que se apoya. Mariano Moreno es para Galasso "el hombre que sabe lo que
quiere y cómo hacerlo, cuando los demás vacilan en medio del desconcierto y el
fragor de la lucha: El es ya la revolución". Y en el transcurso de la
obra, argumentando, basándose permanentemente en una documental rigurosa, en
una impecable heurística y consumada hermenéutica demuestra que Moreno encarna
junto con sus chisperos del 25 de mayo, el proyecto revolucionario nacional y
democrático.
Norberto Galasso escribe una obra polémica y definitiva en
que se exhibe a Moreno como un revolucionario dirigista, estatista,
nacionalista e intervencionista. Esta obra se complementa con otro trabajo de
Galasso de ineludible lectura: "La Revolución de Mayo (el pueblo quiere
saber de qué se trató)".
Caída, derrota y herencia política de Mariano
Moreno.
Pero en definitiva ¿cuál es el "verdadero"
Mariano Moreno? Son todos "verdaderos" en cuanto convengamos que son
construcciones políticas. Es tan sincero el Moreno de Vicente Fidel López como
el de Galasso en la medida que advirtamos que ambos son dos expresiones de dos
momentos históricos diferentes.
Empero, a pesar de tanto relativismo, juzgo necesario dar
noticias de un Mariano Moreno nacional y revolucionario y hacer un balance de
su obra.
Las limitaciones de la Revolución
Desde el primer día de mayo se plantearon dentro del
frente revolucionario contradicciones insolubles, verdaderos antagonismos, en
cuanto al despliegue y el alcance de la Revolución.
Conviene distinguir las tendencias fundamentales: Moreno
representaba a los sectores radicalizados de la revolución contra la reacción
absolutista española, la idea de la Nación en armas contra los realistas y las
maquinaciones de Inglaterra y sus intereses. Ponía a Inglaterra en la segunda
línea de peligro. El proyecto político y económico de este sector lo reflejan
las concepciones de los historiadores y pensadores del campo nacional que
citamos más arriba y se encuentra en el Plan de Operaciones.
Por otro lado, estaban los comerciantes monopolistas
españoles, encabezados por Alzaga, que veían tanto en el intercambio libre con
los ingleses como en el triunfo del partido morenista, la extinción de sus
privilegios políticos y comerciales.
El tercer grupo estaba constituido por los comerciantes e
importadores (apoyados por los ganaderos) interesados en el tráfico con
Inglaterra y con el comercio exterior en general. Su representante más notable
sería Rivadavia, verdadero fundador del partido unitario y precursor del
mitrismo.
Moreno se lanzó con toda su generación a la lucha, pero
fue vencido. Para sus detractores historiográficos el saavedrismo sería el
antecedente inmediato de la política de entrega rivadaviana que tantas
consecuencias funestas le acarrearía al país. Derrotado políticamente, se
embarcó el 24 de enero de 1811 y murió el 4 de marzo, a la altura de la isla de
Santa Catalina en circunstancias oscuras. Tenía 32 años de edad.
Se produce el cambio de régimen de gobierno, asume la
Junta Grande, que se traducirá al principio en un cambio de lenguaje político.
El nuevo gobierno carece de un plan nacional como el de Moreno y de una
finalidad concreta. Débil en su lenguaje y políticamente dubitativo.
¿Qué pasó después de Moreno?
La caída de Moreno cierra el capítulo genuinamente
revolucionario y nacional de la Revolución de Mayo.
Comienza una crisis monetaria y el gobierno en 1811
autoriza la exportación de oro y plata. Esta medida no sólo descapitaliza el
país sino que eleva el precio de los artículos de consumo. En el primer
triunvirato, cuyo inspirador es el Secretario Bernardino Rivadavia, se
permitirá el ingreso al país del carbón europeo, se rebajaran los impuestos
aduaneros para manufacturas extranjeras. En definitiva, se abrirán las puertas
de la aduana a artículos ingleses que entran en competencia ruinosa con
nuestras industrias locales. Los comerciantes extranjeros tienen, ahora, los
mismos derechos que los comerciantes criollos. El equilibrio de fuerzas se
termina de romper. El capital ingles manda sobre Buenos Aires y el puerto de la
reina de la plata prima por sobre las provincias.
Porque, destruida la política nacional de Moreno, que
contemplaba los intereses generales, y entronizada en el gobierno de Buenos
Aires la tendencia rivadaviana probritánica, la oligarquía porteña se adueñó de
la maquinaria virreinal. Usufructuó la provincia-metrópolis y se negó a
repartir las rentas aduaneras con el resto de las provincias argentinas. Así
planteadas las cosas se consolidan dos dependencias: "una interior y
doméstica de las provincias del país con respecto a la provincia-
metrópoli" y la otra exterior del país entero en relación al imperialismo
de turno: el británico.
La oligarquía porteña embolsaba y repartía con sus socios
ingleses la riqueza argentina...... y como respuesta a esta situación nace el
federalismo, resultado del despojo de la riqueza argentina por una sola
provincia.
Digo Mayo la revolución que no fue porque el monopolio del
rey fue suplantado, una vez derrotado Moreno, por el monopolio de la oligarquía
porteña. La metrópoli hizo del país su propia colonia...política ésta que sería
resistida por los caudillos federales. Comienzan por esta razón y en este
contexto histórico las guerras civiles en la Argentina que durarían décadas...
La herencia de Moreno
En 10 meses, Mariano Moreno transformó ideas,
concepciones, produjo polarización política, indudablemente dejó una herencia.
No lo hizo solo, tuvo el respaldo de la Sociedad Patriótica, que era un centro
conspirativo, el Club de Marco y fundamentalmente la Logia Independencia,
entidad revolucionaria, presidida por su amigo Julián Álvarez, quién recibiría
en 1812 a los conjurados de la fragata Canning (San Martín, Alvear, Zapiola y
Chilavert) procedentes de Londres, a donde habían escapado de las garras de la
inquisición española continental.
Pese a su derrota, la herencia de Moreno siguió vigente,
las banderas morenistas fueron levantadas por federales doctrinarios, como
Manuel Dorrego. Su hermano Manuel Moreno y su amigo Tomas Guido fueron
estrechos colaboradores de Juan Manuel de Rosas. Los caudillos federales
hicieron propia sus enseñanzas en contra de la ambición centralista propia de
los comerciantes porteños del partido rivadaviano.
Moreno supo conjugar lo nacional latinoamericano con las
ideas universales del Iluminismo y la Enciclopedia. Las ideas morenistas en la
economía, sobre el proteccionismo y la industrialización fueron llevadas a cabo
por José de San Martín en Cuyo. En esa zona San Martín expropió a las familias
ricas en animales y bienes para la causa del Ejército libertador y estableció
una única aduana, entre otras resoluciones.
El mismo plan económico del "Plan de
Operaciones" de Moreno y la estatización cuyana de San Martín, años más
tarde tendrán realización concreta en el Paraguay de los López, destruido a
sangre y fuego casi 60 años después, cumpliendo instrucciones del Imperio
británico, por los ejércitos del Brasil esclavista y de la Argentina mitrista.
Resurgirán esas ideas por la unión latinoamericana con el
yrigoyenismo y los socialistas. También el peronismo reivindicará a Moreno, en
contra del nacionalismo católico reaccionario. El entonces diputado Albrieu,
dirá en el parlamento del primer peronismo que la línea histórica nacional se
expresa en la trilogía: Moreno - San Martín - Perón.
Por supuesto, la singular historia circular argentina se
reserva el derecho de repetir sus errores y elegir los caminos de intereses
mezquinos, dejando a la deriva las observaciones y propuestas de figuras como
la de Mariano Moreno, que murió en un barco a Londres, en circunstancias poco
claras.
¿Qué se celebra cada 25 de Mayo?
Sin dudas existen motivos para celebrar, el solo hecho de
existir como nación nos da esa prerrogativa.
En un ensayo de Eduardo Luis Duhalde y Rodolfo Ortega
Peña, "Mariano Moreno: Utopía y Revolución", se plantea una cuestión
insoslayable para completar un análisis integral del joven Secretario de Guerra
de la Primera Junta. En un texto que valora la obra de Moreno y sus ideas pero
critica sus estrategias se lee: "Mariano Moreno aparece entonces,
encarnado, en nuestra actualidad a la "utopía abstracta". Es un
anticipo del tremendismo coetáneo, que equivocado en la elección de los medios
(en tanto no se erige como medio fundamental de realización de las masas
populares) aunque pueda estar acertado en la idea central, culmina su
experiencia política en el más espectacular fracaso, objetivamente
prorrevolucionario". El mismo ensayo manifiesta que "de
utopías está sembrado el camino de la contrarrevolución".
Creo que esto también se debe incorporar a la lectura de
la historia. Mayo fue Moreno y una revolución que pudo haber sido. Pero que no
fue. Pero no fue por muchas razones. Sin duda que los enemigos de la revolución
y las limitantes sociales contribuyeron en mayor medida a la derrota, pero
también los revolucionarios equivocaron los caminos e hicieron su aporte. Creo
que de toda derrota popular se deben extraer las enseñanzas para no repetir los
mismos errores. Es lo único positivo que el pueblo puede extraer de una derrota
de este tipo. Además, ha sido un constante en la historia argentina, ante el
fracaso de los procesos revolucionarios el pueblo fue víctima de políticas
reaccionarias que atentaban contra las mayorías.
José Pablo Feinmann, en uno de sus más sinceros libros,
"Filosofía y Nación", también hace un balance crítico sobre Moreno.
Entiende que sus buenas intenciones iluministas y jacobinas prescindían de un análisis
político concreto. Considera que Moreno expresó una vanguardia sin pueblo, que
devino en patrulla perdida. "Sobre que bases políticas fijas y estables
habría de constituirse el Estado revolucionario... El soberbio, el solitario
Moreno... no tiene respuesta para semejante pregunta...", pero en
contra punto concluye Feinmann "...los pueblos sin verdaderas
vanguardias quedan reducidos a la indiferenciación amorfa de la
multitud...".
Aun así, Mariano Moreno fue el numen de Mayo y su estrella
revolucionaria es la esencia del nacimiento de nuestra Patria, en sus ideas
habita el sueño de una patria libre. De todo lo demás de Mayo, no se pueden
decir cosas mejores.
Más de 200 años de lucha y resistencia
Hay muchas páginas gloriosas para rescatar, que dibujan la
columna vertebral del pueblo argentino y sus 213 años de lucha. A los sueños de
Moreno y los patriotas de Mayo debemos agregar la causa de Artigas, la epopeya
libertadora de San Martín, la lucha de los caudillos federales, la defensa de
la soberanía nacional de Juan Manuel de Rosas, el Yrigoyenismo, la patria de
Juan Perón y Eva Perón y el peronismo de los 70 y muchas de las cosas buenas
que nos ha dejado la democracia que vivimos desde 1983, sobre todo la salida de
la implosión del neo liberalismo en el 2001 y las medidas a favor de las
mayorías populares que se tomaron a partir del gobierno de Néstor Kirchner en
2003.
Pero, en relación a los procesos en general, estos
episodios históricos fueron brillos estelares intermitentes pero eslabonados en
más 210 años de hegemonía de una política dirigida por las minorías. Todos
tienen una solución de continuidad, son parte de una misma cadena que expresa
idénticos valores y sueños.
Pero también creo que el recuerdo debe tener presente a
los genocidios y derrotas que marcaron nuestra identidad. Las páginas oscuras
de la conquista española de América, el genocidio del gaucho consumado por el
unitarismo porteño; el holocausto del pueblo paraguayo y la infame Guerra de la
Triple Infamia que dio el golpe de muerte a toda política de carácter
continental; Roca y el genocidio de los pueblos originarios en la Campaña del
Desierto que consolidó el poder de la oligarquía terrateniente; y el más
reciente de todos ellos, el genocidio de la última dictadura militar de 1976
que destruyó las bases del modelo económico y social construido por el
peronismo. A ellos se les debe sumar la infinidad de muertes, anónimas para la
historia en su inmensa mayoría, por la aplicación de políticas económicas que
generaron miseria, exclusión, pobreza y violencia social.
La historia no será jamás una consecuencia de lo que los
líderes y las élites hacen, la historia tiene un solo protagonista y actor: el
pueblo. De sus aciertos y errores, de sus triunfos y derrotas deriva nuestro
presente. La reivindicación del pasado y sus actores deber ser una búsqueda de
antecedentes de una misma lucha.
El 25 de Mayo es el parto de nuestra nación, el
alumbramiento de la argentinidad. Toda evocación a Mayo es un acto de
afirmación de nuestra nacionalidad. Un ejercicio de nacionalismo. Es la Nación
que soñó Mariano Moreno. Pero todo acto de reafirmación nacional a través de la
historia debe tener presente que somos una nación inconclusa, en marcha, porque
todavía no somos lo que podemos ser. Arturo Jauretche lo expresaba con claridad
cuando polemizaba con el nacionalismo reaccionario: "El nacionalismo de
ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre, el nuestro
parece al amor del padre junto a la cuna del hijo, y ésa es la sustancial
diferencia. Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada para nosotros,
sigue todavía naciendo".
Y eso es más válido aún para nuestra generación. La patria
no está hecha, tampoco es un fatalismo histórico, ni el producto de los deseos
de un puñado de hombres y mujeres. La Argentina será lo que nosotros, el
pueblo, haga de ella.