“Yo sé que dentro de muchos
años, cuando los argentinos se dejen acariciar por el recuerdo, llegarán a
estos años de nuestra vida y dirán: Entonces éramos más felices, Perón estaba
con nosotros”.
Evita.
Escribe: Alejandro Gonzalo García Garro.
“Éramos más felices”
Luego
del 17 de Octubre llegaron las elecciones del 24 de febrero de 1946 y el
reencuentro del líder con el pueblo. A partir de allí se edificó la herramienta
para lograr la independencia, la justicia y el bienestar, las leyes laborales
que protegían al obrero y al peón de campo, una Patria que abogaba por la
unidad latinoamericana, retomando de esta manera la senda de San Martín,
Bolívar y Artigas.
Con
el peronismo, millones de argentinos conquistaron derechos sociales perdurables
como vacaciones pagas, derecho a la educación y la salud gratuita y extendida,
viviendas económicas, etc. La profecía de Evita se hizo realidad, como pueblo “éramos más felices, Perón estaba con
nosotros”.
Las mentiras del
neoliberalismo: Crecimiento vs. Distribución
Esta
etapa, la del primer peronismo (1946-1955), suele abrir una discusión sobre el
los resultados económicos y sociales concretos de las políticas implementadas. Ciertos
datos y enfoques para su análisis son de los más polémicos cuando se juzga la
obra del primer peronismo.
La
primera cuestión es algo que se suele repetir o escribir con frecuencia. El
advenimiento del peronismo fundió la economía nacional, la Argentina después de un
pasado dorado, floreciente y próspero, que llega hasta el fin de la Segunda Guerra
Mundial (1945) entró en una larga crisis económica, de estancamiento y atraso.
El motivo: querer distribuir apresuradamente el ingreso y gastar los recursos
en políticas sociales activas. Conforme a esta perspectiva durante el peronismo
el país no creció y eso es lo que llevó a la caída del ´55.
Esta
es la interpretación que todavía se hace, la podemos escuchar de algunos “analistas”,
politicólogos o economistas, del neoliberalismo. Había que optar entre
distribuir o producir. El peronismo optó por la distribución, se olvidó de la
producción. Eso dicen.
Pero
vamos a los números, las cifras muestran otra cosa; las series estadísticas
señalan que la época de mayor crecimiento que tuvo la Argentina en el siglo XX
fue la época del ´45 al ´55. La tasa del producto bruto per cápita creció mucho
más, bastante más, de lo que había crecido en los años anteriores.
Si
tomamos el proceso de crecimiento del producto bruto per cápita del período de
1900-1929, “la época de oro” según sus apologistas, de ese pasado que nos había
llevado a ocupar uno de los primeros lugares en el mundo, según dice la
leyenda, se creció al 1,49%. En la época
peronista se creció al 1,73%. Algunos dirán que no es mucha la diferencia, pero
sin dudas elimina la zoncera, en el alcance que le da Jauretche, de que el
peronismo destruyó la economía.
La
economía creció a un ritmo superior al histórico, al de la época de la
oligarquía, y produciendo una fenomenal distribución del ingreso. Se creció distribuyendo
de una manera mucho más igualitaria la renta de los argentinos.
En
el año ´45 cuando el peronismo llega al poder, casi el 60% de la de renta
nacional iba a los capitalistas, no existían las políticas sociales activas y
casi toda la industria en desarrollo estaba bajo el control de empresas
extranjeras.
El
peronismo alcanzó el nivel de empleo más alto de la historia —sólo había un 2%
de desocupación entre 1946 y 1952— y la participación de los trabajadores en la
riqueza que alcanzaba al 55% del Producto Bruto Interno, fue la más alta del
capitalismo occidental de la posguerra. El progreso industrial, el crecimiento
del mercado interno, la reorganización de todas las funciones modernas del
Estado, produjeron resultados formidables.
Se
avanzó en obras de infraestructura social como hospitales y centros de salud;
en la educación, a través de la creación de más escuelas, universidades
nacionales, la creación de la universidad obrera y las escuelas técnicas; más todas
las iniciativas sociales de la Fundación Evita.
La
infinidad de hechos y obras concretas en beneficio de los sectores más
desposeídos marcó la memoria colectiva del pueblo argentino de manera
imborrable. Y toda la obra del peronismo no se hizo a costa de destruir la “riqueza”,
sino a través del crecimiento económico y el desarrollo con justicia social. Como
vimos, Argentina creció a una tasa superior a aquellas que ya existían, cuando
no había procesos de redistribución del ingreso.
En
síntesis, había razones para decir que “éramos más felices”. Fueron días
felices, lo fueron, y de verdad. Fue, al fin y al cabo la construcción del Estado
Bienestar y la consagración definitiva de los derechos sociales, en el marco
histórico de la construcción de una Patria Justa, Libre y Soberana.
Números concretos
Juan
José Hernandez Arregui (1913-1974) es, tal vez, uno de los pensadores y
ensayistas más profundos del campo nacional. Tuvo una ambiciosa producción
destinada a revisar el pensamiento y la cultura nacional. En uno de los
capítulos de su libro “La
Formación de la Conciencia Nacional ”,
obra fundamental del pensamiento popular, ensaya una síntesis sobre la obra del
peronismo, de “los tiempos felices”, que a continuación dejamos para la
consideración del lector:
“1)
Nacionalización de la economía, créditos para la industria, plena ocupación y
altos salarios.
2)
La renta nacional aumento en 1954 con relación a 1943 en un 55 %. El país se
capitalizó como en ninguna época de su historia. La deuda pública disminuyó con
relación a la renta nacional, del 67 % al 57 % en 1955.
3)
La casi inexistente dependencia de los mercados extranjeros, otorgo mayor
libertad para comerciar con otros países, particularmente con la órbita
comunista.
4)
Creación de la Central
Única de Trabajadores, y participación de la CGT en el poder político a través del parlamento,
etc.
5)
Crecimiento del mercado interno nacional y correlativo de la industria. El
valor de la producción industrial con relación a la agropecuaria pasó a primer
término con la respectiva incidencia en la renta nacional (24.800 millones
contra 22.000 millones).
6)
Poderosas centrales hidroeléctricas, plantas siderúrgicas, etc., fueron
construidas en San Nicolás, Río Turbio, Nihuil (represa); diques, gasoductos,
refinerías de petróleo, usinas eléctricas, altos hornos de Zapla, etc.
7)
Pasaron al Patrimonio de la
Nación , ferrocarriles, teléfonos, gas, servicios públicos,
etc.
8)
Entre 1948 y 1949, los chacareros arrendatarios se hicieron propietarios de un
millón de hectáreas y este proceso continuó en los años posteriores.
9)
El analfabetismo se redujo al 3 %.
10)
La Marina Mercante
paso a ser de las primeras del mundo.
11)
Se dignificó a todos los trabajadores, mediante contratos de trabajo, leyes de
previsión social, jubilaciones y pensiones para todos los argentinos,
cooperativas, jubilaciones, escuelas técnicas, etc.
12)
Se construyeron 500.000 viviendas con capacidad para cerca de 5 millones de
personas.
13)
Se repatrío la deuda externa. 1.000 millones de dólares iban al exterior por
pagos de diferentes servicios, es decir 6.000 millones de pesos moneda de
entonces, siendo la recaudación anual del gobierno de 10.000 millones. Los
argentinos trabajaban para los extranjeros.
14)
Se construyeron 76.000 obras públicas.”
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