El 16 de septiembre de 1976 un grupo de jóvenes de la ciudad de La Plata
fueron secuestrados, torturados y desaparecidos a raíz de sus luchas por el
boleto estudiantil secundario, en una operación represiva conocida como la
"Noche de los lápices".
Todos ellos tenían entre catorce y dieciocho años; estaban
comprometidos con el momento histórico que vivían, se daban cuenta de que los
tiempos habían virado definitivamente hacia la represión ilegal, pero eligieron
seguir en la lucha por una sociedad más justa y solidaria, enfrentando a la
alianza entre la patria financiera y sus personeros militares. Hoy forman parte
de los 238 adolescentes argentinos, que fueron secuestrados durante la
dictadura y aún siguen desaparecidos.
De aquella noche, los seis que no volvieron jamás, de la
decena de adolescentes detenidos en ese septiembre, fueron: Claudio de Acha 16
años, Horacio Ungaro 16 años, María Clara Ciocchini 17 años, María Claudia
Falcone 16 años, Francisco López Muntaner 17 años, Daniel A. Racero 18 años,
todos jóvenes, militantes y peronistas que fueron brutalmente secuestrados y
torturados durante meses en un campo clandestino de detención.
Hace casi una década, y a modo de homenaje, desde el
gobierno nacional junto con organizaciones políticas y reparticiones provinciales
de políticas de Juventud impulsamos que se designe el 16 de septiembre como el “Día
de la Juventud”. Se lo planteamos al entonces presidente Néstor Kirchner que de
inmediato tomó la propuesta e impulsó la iniciativa. En nuestra provincia, el primer acto de homenaje a esta fecha lo hizo Gustavo Bordet en el 2006 en el PJ de Concordia.
Fue una excelente manera de rendir siempre homenaje a una
generación que participó políticamente, persiguió una transformación en la
Argentina, se sacrificó y militó para cambiar un país dependiente, sometido
económica y culturalmente, evidentemente injusto en la distribución de la
riqueza y el poder.
Escribe: Alejandro
Gonzalo García Garro
Hace casi una década, y a modo de homenaje, desde el gobierno nacional junto con organizaciones políticas y reparticiones provinciales de políticas de Juventud impulsamos que se designe el 16 de septiembre como el “Día de la Juventud”. Se lo planteamos al entonces presidente Néstor Kirchner que de inmediato tomó la propuesta e impulsó la iniciativa. En nuestra provincia, el primer acto de homenaje a esta fecha lo hizo Gustavo Bordet en el 2006 en el PJ de Concordia.
Sobre la “Noche de los Lápices”
Desde 1945
a 1955 se erigió un modelo de país con un Estado de
Bienestar dirigido a consolidar la justicia social y una nación independiente
con autonomía suficiente para vincularse al mundo en igualdad de condiciones. Este
modelo de país moderno y no dependiente en forma servil de los grandes centros
del poder mundial, fue percibido como amenazador por el imperialismo y sus
aliados de los sectores locales oligárquicos.
El 16 de Septiembre de 1955 la "Argentina, oligárquica,
conservadora y tradicional" derrocó al gobierno popular de Juan Perón y
produjo una ola de represión contra todo aquel que enarbolara, en heroica
resistencia, la identidad popular peronista.
Esta represión, sin embargo, no eliminó los factores de
resistencia contra el retorno de la república oligárquica al viejo estado de
cosas, y fue sólo después de más de dos décadas, en 1976, que pudieron dar otro
golpe militar contundente contra los sectores populares que sostenían un
proyecto diferente de país.
En el marco del golpe, y en otro septiembre 16, pero de
1976, la más cruenta dictadura que hemos soportado acometió la desaparición de
un grupo de militantes, jóvenes de la ciudad de La Plata de la organización
peronista Unión de Estudiantes Secundarios (UES) que fueron secuestrados en la
madrugada, de los domicilios donde dormían, por un "grupo de tareas"
del general Ramón Camps y del que participó el represor Miguel Etchecolatz.
Los seis que no volvieron jamás, de la decena de
adolescentes detenidos en ese septiembre, fueron: Claudio de Acha 16 años,
Horacio Ungaro 16 años, María Clara Ciocchini 17 años, María Claudia Falcone 16
años, Francisco López Muntaner 17 años, Daniel A. Racero 18 años, todos
jóvenes, militantes y peronistas que fueron brutalmente secuestrados y
torturados durante meses en un campo clandestino de detención.
Todos ellos tenían entre catorce y dieciocho años; estaban
comprometidos con el momento histórico que vivían, se daban cuenta de que los
tiempos habían virado definitivamente hacia la represión ilegal y en sus casas
sus padres se lo advertían. Pero eligieron seguir en la lucha por una sociedad
más justa y solidaria, enfrentando a la alianza entre la patria financiera y
sus personeros militares.
Hoy forman parte de los 238 adolescentes argentinos, que
fueron secuestrados durante la dictadura y aún siguen desaparecidos.
¿Cuál fue el delito que cometieron?: tomar parte de la lucha
por recuperar el Boleto Estudiantil Secundario, suprimido por la dictadura
militar en La Plata. Una demanda justa, especialmente para los chicos pobres.
No hicieron politiquería, realizaron política en serio:
definieron una necesidad, puntualizaron la reivindicación, la difundieron,
consiguieron apoyo, movilizaron a mucha gente y, a partir de eso, buscaron
concretar sus ideas.
Para ello, realizaron una serie de marchas, sentadas,
petitorios; acciones que hoy nos parecen normales, o molestas (para algunos
sectores) pero a las que jamás se castigarían con el secuestro, la
desaparición, la tortura o la muerte.
Este tipo de intervención política -la lucha por demandas
específicas- es lo que la represión militar buscó desarmar porque plantaba
objetivos contrarios a los sectores sociales más poderosos.
Porque la dictadura militar no se instaló sólo para torturar
y matar gente, sino para posibilitar una transferencia masiva de riquezas hacia
los núcleos más concentrados de la economía, quienes se apropiaron además de
buena parte de los negocios públicos.
El golpe del 76 pretendió poner fin a las condiciones
materiales que habían permitido sobrevivir y reconstituir la alianza social que
había construido el gobierno peronista hasta 1955. La misma que había sido
reformulada y ampliada en los 70. Para eso era preciso destruir a las
organizaciones populares que sostenían las banderas del proyecto. No es casual
que la inmensa mayoría de las víctimas fueron trabajadores y jóvenes
organizados, y que fueran peronistas. El golpe se propuso responder a una
necesidad histórica, poner fin a una experiencia social y política que
cuestionaba importantes intereses económicos y estrategias internacionales
hegemónicas.
La UES (Unión de Estudiantes Secundarios), organización de
donde provenían la mayor parte de los estudiantes secundarios secuestrados y
asesinados por la dictadura, fue un espacio político construido durante el
primer peronismo, desarrollado al calor de la movilidad social ascendente y la
masiva inclusión de los sectores populares a la escolaridad formal.
No es casual que sea la misma organización la que, veinte después,
luchará por la plena vigencia de los derechos adquiridos en los gobiernos
peronistas. Sin dudas, si no hubiera existido el primer 16 de septiembre, el de
1955, no tendríamos que recordar, cada 16 de septiembre, a los mártires de
"La Noche de los Lápices"
Día Nacional de la Juventud
Hace años, casi una década, cuando era joven y justamente Subsecretario
de la Juventud del Gobierno de Entre Ríos en la gestión de Jorge Busti, además de militante de la JP e
integrante del Consejo Provincial del PJ de Entre Ríos, formé parte de un grupo
de jóvenes de distintas organizaciones políticas, sociales y responsables de
políticas públicas de juventud, encabezados por la Dirección Nacional de
Juventud, que nos reunimos con el entonces presidente Néstor Kirchner con el
fin de entregarle un proyecto en el cual solicitamos que se declare al 16 de
septiembre como "Día Nacional de la Juventud". El presidente, totalmente de acuerdo con la
iniciativa, suscribió el proyecto que fue enviado por entonces a la legislatura
nacional. Fue el 15 de septiembre de 2006. (http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/1-73047-2006-09-15.html
y http://www.desarrollosocial.gob.ar/efemerides/especial-16-de-septiembre-dia-nacional-de-la-juventud).
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En la reunión en Casa Rosada junto a Néstor Kirchner. |
Dentro de los puntos salientes del petitorio que le
entregamos al Presidente se destacaba que era "es necesario pues, para
alcanzar el éxito, buscar en nuestra experiencia como país una fecha que con su
propio peso sociocultural pueda convertirse en el Día Nacional de la Juventud,
entendiéndolo como un día de lucha contra la desigualdad, la explotación y la
inequidad en la distribución del ingreso". Del mismo modo, el petitorio
aclaraba que instituir un Día Nacional de la Juventud tiene por objeto que
"los jóvenes de nuestro país se reconozcan como protagonistas de su propia
historia, sujetos de deberes y de derechos, ejerciendo plenamente su libertad y
sus potencialidades y manteniendo la lucha, siempre interminable, por una
patria para todos". Fue en el 2006, se cumplían 30 años de “La Noche de los Lápices”
y el homenaje era lo más oportuno posible.
Y se terminó llevando adelante, hoy con satisfacción veo la
institucionalización de la fecha y celebro los nuevos avances normativos en
materia de Juventud que lleva adelante el gobierno, en especial el voto a los
16 años que se ha establecido.
Acá en Entre Ríos, recuerdo que el primer lugar donde se
hizo un acto grande con motivo del Día Nacional de la Juventud fue Concordia,
cuando Gustavo Bordet –hoy nuestro candidato a Gobernador y por entonces
Ministro de Salud y Acción Social de la provincia y ya candidato lanzado a la
intendencia de Concordia- hizo un importante acto en el PJ de Concordia donde
se rindió homenaje a los mártires de “La Noche de los Lápices” en el Día
Nacional de la Juventud. Fue al otro día de la reunión en Casa Rosada. Bordet fue de los primeros de los dirigentes
importantes del peronismo entrerriano que recordó esta fecha (creo que fue el primer acto de esta magnitud) jerarquizando el
rol de los jóvenes en la política y destacando la necesidad de la participación para la transformación de la sociedad.
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Junto con Gustavo Bordet en Concordia, en un acto en homenaje a los mártires de "La Noche de los Lápices" |
Por la memoria y los derechos humanos
Pablo Díaz, 18 años, secuestrado el día 21, sobrevivió al
horror y tiene fuerzas para contar lo vivido en el campo clandestino "Pozo
de Banfield", donde permaneció cuatro meses con sus compañeros y otros
secuestrados. "Estar desaparecido -dice- es recibir picana eléctrica en
todo el cuerpo, que nos arranquen las uñas, estar quince días a sólo pan y agua,
con una soga al cuello, las manos esposadas, los ojos vendados, los cabellos
crecidos, sin bañarse. Las chicas manoseadas y violadas cada noche."
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Junto a Pablo Díaz. |
Justamente con Pablo Díaz hicimos el año anterior, el 2005,
un acto en homenaje a la “La Noche de los Lápices” en CABA, ya impulsando políticamente
la fecha, y recuerdo que tuve junto con compañeros de la JP de otras provincias
la posibilidad de hacerle un homenaje y ponerle un brazalete de la JP y la UES.
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Con Pablo Diaz, poniéndole el brazalete de la UES y de la JP con el resto de los compañeros que encabezamos el acto. |
Hay hechos que no se deben olvidar nunca para evitar que se
repitan. Es por eso, y ante el riesgo que suponen la impunidad y la desmemoria,
debemos rendir siempre homenaje a una generación que participó políticamente,
persiguió una transformación en la Argentina, se sacrificó y militó para
cambiar un país dependiente, sometido económica y culturalmente, evidentemente
injusto en la distribución de la riqueza y el poder.
Por los ideales de aquellos caídos por defender los
derechos, levantamos nuevamente las banderas de siempre, las de una Patria
Justa, Libre y Soberana, por la que ellos lucharon.
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