El 25 de mayo de 1810 tiene más valor simbólico que histórico. Valor simbólico de un hecho fundacional que todo pueblo necesita reconocer para afianzar su identidad. Pero no fue el 25 de mayo un grito heroico de libertad como el de Tupac Amarú.
No hubo violencia, que es según el Diccionario de la Real
Academia Española una de las características ineludibles que tiene el vocablo
revolución, ni hubo cambios radicales. No fue tampoco una gran movilización
popular como lo fue la reconquista de Buenos Aires durante las invasiones
inglesas. No fue un gesto imperativo de la masa sublevada como el 17 de octubre
de 1945 pero tampoco una decisión tomada exclusivamente por los doctores y la
"gente decente" como lo cuenta la historia liberal mitrista.
No declaró la independencia pues se hizo en nombre de
Fernando VII. Destituyó un virrey, pero ese hecho ya tenía antecedentes con la
destitución de Sobremonte cuando se eligió a Liniers. No existieron las
escarapelas celestes y blancas que nos enseñó falsamente el Billeken porque se
repartían estampitas con la efigie de Fernando VII, con un tono rojizo como el
de la bandera española.
¿Cómo se puede entender la Revolución de Mayo? ¿Qué destacar de ella? Por la
presencia de un hombre: Mariano Moreno. Es en la lucidez política de este
personaje, que pasó por la historia argentina como un relámpago, donde podemos
encontrar el verdadero germen revolucionario de Mayo y su dimensión histórica y
nacional. Su Plan de Operaciones y la acción política emprendida, durante su corta gestión, se puede
calificar de revolucionaria, dirigista, estatista, nacionalista, prohispánica,
intervensionista y de dimensión continental, latinoamericana.
Ahora, si Mayo fue Moreno y esta fue una revolución que pudo
haber sido, pero que no fue, ¿qué se celebra? ¿Qué conmemoramos? ¿cuál debe ser
la reflexión? Debe ir mucho más allá del 25 de mayo de 1810, en más de dos siglos de
historia hay muchas páginas gloriosas para rescatar, que trazan la columna
vertebral del pueblo argentino y sus más de 200 años de lucha y resistencia.
Escribe: Alejandro Gonzalo García Garro
Mariano Moreno. |
"Ya que la
América del Sud ha proclamado su independencia, para gozar de una justa y
completa libertad, no carezca de las luces que se le han encubierto hasta ahora
y que pueden conducirla en su gloriosa insurrección. Si no se dirige bien una
revolución, si el espíritu de intriga, ambición y egoísmo sofoca el de la
defensa de la patria, en un palabra: si el interés privado se prefiere al bien
general, el noble sacudimiento de una nación es la fuente más fecunda de todos
los excesos y del trastorno del orden social. Lejos de conseguirse el nuevo
establecimiento y la tranquilidad del interior del estado que es en todos
tiempos el objeto de los buenos, se cae en la mas horrenda anarquía, de que se
siguen los asesinatos, las venganzas personales, y el predominio de los
malvados sobre el virtuoso y pacifico ciudadano". Mariano Moreno. "Plan de Operaciones", 1810.
"No tienen los
pueblos mayor enemigo de su libertad, que las preocupaciones adquiridas en la
esclavitud." Mariano Moreno.
"Sobre las miras del Congreso que acaba de convocarse, y Constitución del
Estado", 1810
1. Una revolución que
no fue tal
El 25 de mayo tiene más valor simbólico que histórico. Valor
simbólico de un hecho fundacional que todo pueblo necesita reconocer para
afianzar su identidad. No fue el 25 de mayo un grito heroico de libertad como
el de Tupac Amarú. No hubo violencia, que es según el Diccionario de la Real
Academia Española una de las características ineludibles que tiene el vocablo
revolución, ni hubo cambios radicales. No fue tampoco una gran movilización
popular como lo fue la reconquista de Buenos Aires durante las invasiones
inglesas. No fue un gesto imperativo de la masa sublevada pero tampoco una
decisión tomada exclusivamente por los doctores y la "gente decente"
como lo cuenta la historia liberal mitrista.
No declaró la independencia pues se hizo en nombre de
Fernando VII. Destituyó un virrey, pero ese hecho ya tenía antecedentes con la
destitución de Sobremonte cuando se eligió a Liniers.
1.1. Caracterización
de la Revolución
Para la historia oficial mitrista Mayo es una revolución
antihispanica, porteña, separatista y probritánica. Tiene el objetivo
primordial de vincularnos económicamente con Inglaterra. Fue realizada, como ya
dijimos, por la gente decente del puerto. Para ellos las invasiones inglesas
sembraron la idea de la libertad en los porteños y el proceso fue también parte
de una maniobra geopolítica de Inglaterra y su diplomacia. Sostienen que la
bandera principal fue el librecambio y el hombre que personifica la revolución
es el liberal colonizado, autor de la "Representación
de los Hacendados", Mariano Moreno. Es una historia patriarcal también, en la que no existe la participación de las mujeres, las que fueron invisibilizadas.
Sin dudas, con matices y un poco más ajustada a la verdad ante
diversos embates, esta es la versión que predomina culturalmente aun hoy. Fue
pensada por el liberalismo argentino, con la finalidad de construir un hito
fundacional a imagen y semejanza de Mitre, Sarmiento y cía. Es un relato
histórico destinado a justificar, con el pasado, toda la política antinacional
y entreguista que sobrevino a Caseros y Pavón. Toda política antinacional,
desde Rivadavia hasta la dictadura de 1976, invoca este Mayo como antecedente
de sus acciones.
Frente a esta versión interesada, se abrió paso otra
explicación de los hechos de Mayo. Para una corriente del revisionismo
histórico, Mayo fue una Revolución Democrática. Más que separatista y
antihispanica, fue una lucha entre demócratas influidos por las ideales
revolucionarios del siglo XVIII contra los absolutistas y burócratas
monárquicos aferrados a los privilegios de la vieja España reaccionaria.
Distingue con claridad dos tipos de liberalismos, uno de corte colonial y
dependiente, conservador, europeizado, elitista y oligárquico y otro de corte
revolucionario, democrático y nacional. En este último se inscribe el impulso
inicial de Mayo. No fue pues una lucha entre criollos y españoles, fue una
lucha entre demócratas y absolutistas, una disputa entre partidos políticos y
no entre naciones.
Esta construcción histórica no fue tan homogénea ni
inmediata como su antagonista. Aún hoy recibe aportes. Tal vez porque se
cumplió la sentencia que a la historia la escriben los que ganan, se tuvo que
esperar mucho tiempo y autores como para dar cuerpo a esta corriente que
encuentra sus orígenes en Juan Bautista Alberdi y sus "Escritos Póstumos". Bajo esta
perspectiva se puede comprender en su plenitud a un Mariano Moreno
revolucionario y su "Plan de
Operaciones" junto con la obra de la mayoría de los patriotas de Mayo.
Estas son las dos grandes corrientes que explican la
Revolución de Mayo. Sin dudas hay otras, como también matices entre ellas. Pero
creo que en líneas generales estas reflejan la disputa histórica sobre el tema
en cuestión.
1.2. Mayo es Mariano
Moreno
¿Cómo se puede entender la Revolución de Mayo? Por la
presencia de un hombre: Mariano Moreno. Es en la lucidez política de este
personaje, que pasó por la historia argentina como un relámpago, donde podemos
encontrar el verdadero germen revolucionario de Mayo y su dimensión histórica y
nacional. La acción política emprendida, durante su corta gestión se puede
calificar de revolucionaria, dirigista, estatista, nacionalista, prohispánica,
intervensionista y de dimensión continental, latinoamericana.
La lectura de sus textos, fundamentalmente del "Plan Revolucionario de Operaciones"
muestra una penetrante comprensión de lo que es el Estado, de la estrategia y
táctica para apoderarse de esa maquinaria y hacerla servir a los propios fines,
contra sus antiguos usufructuarios.
Pero como advertimos, las conclusiones sobre Moreno y sobre
todo el proceso de Mayo, constituyen junto a la época de Rosas, las páginas
donde se cobija la mayor diversidad de opiniones y disímiles interpretaciones
en la historiografía argentina sobre los mismos hechos. Al punto de ser
antagónicas.
Como vimos, para los libros de historia, y por ende los
argentinos, hay muchos "Mayos". Pero la clave de todas las lecturas
se encuentra en la caracterización de Mariano Moreno.
2. La manipulación
política de Mariano Moreno por la historiografía
Siguiendo esta teoría, analizaré las distintas posiciones
historiográficas sobre la Revolución de Mayo a través de la caracterización que
hacen, cada una de las escuelas, sobre Moreno.
Ante la figura histórica de Mariano Moreno, hay que elegir,
porque escribir historia es elegir, "Toda historia es elección". La
elección es ineludible, inapelable en el "caso Moreno". No faltan
documentos sobre él y su época, pero ningún historiador puede amparase en ellos
para ahorrarse el trabajo de opinar. No hay medias tintas en las
interpretaciones de la figura de Moreno, sus pocas acciones políticas, todas
trascendentes y decisivas, son a primera vista intrincadas y hasta
contradictorias. Incluso para hacer más complicada su interpretación, algunos
documentos son públicos y otros secretos.
¿Cuál es en fin el "verdadero" Mariano Moreno? ¿El
del motín de Alzaga? ¿El librecambista que supuestamente realizó la
"Representación de los Hacendados"? ¿El "extremista"
Secretario de la Junta que escribe el Plan de Operaciones? ¿El devoto católico
estudiante de teología? ¿El ateo jacobino anticlerical?
La cuestión Moreno es un ejemplo de la sentencia de
Jauretche: la cuestión histórica es una cuestión política. La diversidad de
"Morenos" responde a las diferentes políticas que se quieren
sustentar a partir de la interpretación histórica. Solo haré una enunciación de
carácter ejemplificativo que no pretende ser exhaustiva ni metódica. Quiero dar
al lector un pantallazo de los dos Morenos y sus autores... Veamos.
2.1 El liberal de la
"Representación de los Hacendados"
Dejando de lado a Manuel Moreno, (hermano de Mariano) que
escribió una biografía en 1812, uno de los primeros autores que se ocupó de
Mariano Moreno fue Vicente Fidel López. Padre fundador de la historia liberal
junto con Mitre, en su monumental obra "Historia de la República Argentina", López afirma que el 25 de
Mayo fue una verdadera revolución independentista y Moreno era un liberal
definitivamente influido por las ideas de la Ilustración francesa, de modo que
las constantes menciones de fidelidad a Fernando VII que aparecen en los
documentos oficiales son interpretadas como una mistificación, en adhesión a la
idea de la máscara de Fernando.
Estas ideas no sufrieron grandes cambios en las glosas de
Sarmiento y Mitre. Esta visión era concordante con las ideas liberales que
encarnó la intelectualidad antirrosista primero, y la generación del 80
después. Esas generaciones requerían un Moreno liberal, librecambista,
antihispanico, laicista e incluso pro británico. Esa generación requería el
repudio de Mitre a España, el invento mitrista de un mayo antiespañol,
librecambista, ilustrado desde las luces de Francia y pro-británico en lo
económico.
En fin, primero López y luego Mitre juzgan a Mayo como un
movimiento separatista, antihispánico, dirigido a obtener el comercio libre, y
por ende pro británico, la chispa del movimiento habrían sido las ideas
divulgadas por los ofíciales ingleses durante las invasiones que ocurrieron
unos años antes de Mayo.
Esta versión de los sucesos de Mayo es la que está todavía
vigente hoy en muchos de los programas educativos. Y se repite cada año en
publicaciones escolares. Es decir, interpretada como norteamericana por el
ejemplo del norte, inglesa por el liberalismo británico y francesa por los
libros de los enciclopedistas.
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En el siglo XX, en trabajos aparecidos hacia
1921, Ricardo Levene presenta a Moreno como liberal, pero también, y a
diferencia de López, como prohispánico y clerical. Pero ésta, en realidad, no
fue más que una pequeña variación sobre el mismo tema de la historia oficial.
Esta tesis fue repetida por miles de libros y ensayos por cientos de autores.
2.2. La Historia
Social
A la corriente de la Historia Social, la que domina hoy el
aparato académico de la historia, el tema se les ha tornado complicado. Desde
su aparición en 1956, en plena revolución fusiladora antiperonista, José Luís
Romero y Halperín Donghi vienen aceptando la versión mitrista clásica. Pero
ellos, según propia confesión, intentan remozarla, porque en la actualidad se
encuentran con problemas para mantener la interpretación de Mayo dada por
Mitre.
Luís Alberto Romero, en un rapto de sinceridad académica
reconoce ceremoniosamente: "Hace
tiempo que los historiadores profesionales, los historiadores en serio, vienen
criticando esta explicación (la versión mitrista de Mayo). Coinciden en que los
sucesos de Mayo de 1810 no fueron el fruto de un plan previo sino la imprevista
consecuencia de un evento lejano...Un grupo de vecinos se hizo cargo del
gobierno, de manera provisoria, sin saber bien para quién ni contra quién...
(Los historiadores) estamos lejos de lo que se enseña en la escuela y también
del sentido común. Sin duda hay una brecha que debe ser cerrada pues en
Historia, tanto como en Física o Matemática, no puede admitirse tal distancia
entre el saber científico y el escolar. Pero hay que hacerlo con cuidado. Este
relato mítico (sobre Mayo) es hoy uno de los escasos soportes de la comunidad
nacional" (Clarín 24/5/2002).
Se le podría retrucar que lo que está en crisis no es la
"comunidad nacional" sino la conciencia colonial creada y alimentada
por la historia oficial de la cual Romero es hoy uno de sus principales
representantes. Y si esa comunidad nacional estuviese en crisis por los escasos
soportes que la sostienen, ¿Es lo correcto continuar fabulando, mitificando?
¿Se fortalece la comunidad nacional con la mentira?
2.3. El
revolucionario del Plan de Operaciones
En el siglo pasado, en la década del 40, cruzándose con esta
tendencia aparecen dos libros del mismo autor, "Mariano Moreno y la Revolución Democrática Argentina" y "Mariano Moreno y su época" de
Rodolfo Puiggrós. El autor era por entonces un expulsado del Partido Comunista
y comenzaba su acercamiento al peronismo y al pensamiento nacional.
Los libros, más allá de los matices, mostraban a Moreno como
un revolucionario completamente independentista, republicano y democrático.
Puiggrós festeja en su trabajo los arrebatos jacobinos de Moreno y oculta o
evita las evidencias que hacen de Moreno un ferviente liberal.
2.4. Raúl Scalabrini
Ortiz
El enorme Raúl Scalabrini Ortiz, en el prólogo de su obra
"Política Británica en el Río de la Plata" señala: "Los revolucionarios de 1810, con exclusión
de Mariano Moreno, adoptaron sin análisis las doctrinas corrientes en Europa y
se adscribieron a un libre cambio suicida. No percibieron siquiera, esta idea
tan simple: si España, que era una nación poderosa, recurrió a medidas restrictivas
para mantener el dominio comercial del continente, ¿cómo se defenderían de los
riesgos de la excesiva libertad comercial estas inermes y balbuceantes
repúblicas sudamericanas? Pero el manchesterismo estaba en auge y a su adopción
ciega se le sacrificó todas las industria locales". Y más adelante
ensambla la Revolución de Mayo con el espíritu de Mariano Moreno: "En su Plan Revolucionario- tildado de
terrorista por los que creen que los tremendos estertores que anuncian,
preceden y acompañan al nacimiento de las naciones, pueden ser realizados por
una mansa conjunción de burgueses y paraguas- Mariano Moreno cuyo enfoque
político no ha sido superado hasta hoy en el enfoque de los problemas
argentinos, dilucida con extraordinaria clarividencia los modos propios de
actuar de la perfidia al servicio de los intereses extranjeros, y arguye
medidas extremas para sofocar en su origen rumores, calumnias, y torpezas que
pueden relajar los ímpetus realizadores de una revolución".
Y Scalabrini va más allá, con su amarga dureza, cuando
afirma que en realidad la Revolución de Mayo no fue la raíz de nuestra
independencia, sino la causa del drama posterior. Cuando, ya derrotado
definitivamente el morenismo, se concibe durante la gestión de Rivadavia el
empréstito de la Baring Brothers que da comienzo a nuestra dependencia
económica financiera con Gran Bretaña.
2.5. Hernández
Arregui
Juan José Hernández Arregui, en "La Formación de la
Conciencia Nacional" repudiando las maniobras de la historia oficial
sentencia "Mariano Moreno, ejemplo
típico de esta degradación historiográfica, presentado como liberal,
antihispanista y democrático, cuando en realidad fue proteccionista, hispanista
y autoritario". Realiza un análisis con conclusiones muy positivas
sobre Moreno y el Plan de Operaciones. En algunos párrafos se lee "Moreno
había previsto estos males y medio siglo antes de que mitre sacrificara el país
a Buenos Aires, es decir a la clase ganadera, había preconizado un programa
nacional tan realista como el puesto en práctica por los Estados Unidos al
declararse la independencia". Junto a muchos otros elogios, califica a la
política de Moreno como "un valioso antecedente", "realista y
justa y nada simplista".
2.6. Abelardo Ramos
Para Jorge Abelardo Ramos es Moreno "la viva representación del jacobinismo
revolucionario, es decir la idea de la Nación en Armas contra la reacción
absolutista española" ("Revolución y Contrarrevolución en
Argentina").
Pero en algo fallaba también para Ramos la concepción
política de Moreno. Según este historiador, el jacobinismo no podía tener
viabilidad en el Río de la Plata porque le faltaba el sustento social: la
burguesía industrial. Esta carencia de sustento material es la explicación del
rápido crepúsculo del partido morenista.
No obstante para Ramos, "el punto de vista de los revolucionarios de Mayo, expresado por Moreno
en su Plan, algunas de cuyas proposiciones se llevaron a la práctica, nace de
una comprensión profunda de la realidad". En un juicio favorable,
Ramos caracteriza a Moreno como proteccionista y enemigo del libre cambio.
2.7. John William
Cooke
Cooke en 1965 publica su trabajo "Apuntes para la militancia". Se trata de un revisionismo
histórico peronista y militante. En sus apuntes, que son de un alto valor
político e historiográfico para toda una generación, señala con claridad el
verdadero significado y la trascendencia revolucionaria de Moreno al afirmar
que: "Desde la Independencia, los
intereses foráneos tenían su aliado material en la burguesía comercial de
Buenos Aires, dispuesta a enriquecerse como intermediaria de un comercio sin
restricciones con Europa. Su primera víctima fue Mariano Moreno, cuya visión
americanista chocó con el centralismo unitario que subordinaba el país a la
política bonaerense".
2.8. Norberto Galasso

Es una obra doblemente meritoria, primero por la
originalidad y profundidad de la misma y segundo por el rigor documental en la
que se apoya. Mariano Moreno es para Galasso "el hombre que sabe lo que quiere y cómo hacerlo, cuando los demás
vacilan en medio del desconcierto y el fragor de la lucha: El es ya la
revolución". Y en el transcurso de la obra, argumentando, basándose
permanentemente en una documental rigurosa, en una impecable heurística y
consumada hermenéutica demuestra que Moreno encarna junto con sus chisperos del
25 de mayo, el proyecto revolucionario nacional y democrático.
Norberto Galasso escribe una obra polémica y definitiva en
que se exhibe a Moreno como un revolucionario dirigista, estatista,
nacionalista e intervencionista. Esta obra se complementa con otro trabajo de
Galasso de ineludible lectura: "La
Revolución de Mayo (el pueblo quiere saber de que se trató)".
3. Caída, derrota y
herencia política de Mariano Moreno.
Pero en definitiva ¿cuál es el "verdadero" Mariano
Moreno? Son todos "verdaderos" en cuanto convengamos que son
construcciones políticas. Es tan sincero el Moreno de Vicente Fidel López como
el de Galasso en la medida que advirtamos que ambos son dos expresiones de dos
momentos históricos diferentes.
Empero, a pesar de tanto relativismo, juzgo necesario dar
noticias de un Mariano Moreno nacional y revolucionario y hacer un balance de
su obra.
3.1. Las limitaciones
de la Revolución
Desde el primer día de mayo se plantearon dentro del frente
revolucionario contradicciones insolubles, verdaderos antagonismos, en cuanto
al despliegue y el alcance de la Revolución.
Conviene distinguir las tendencias fundamentales: Moreno
representaba a los sectores radicalizados de la revolución contra la reacción
absolutista española, la idea de la Nación en armas contra los realistas y las
maquinaciones de Inglaterra y sus intereses. Ponía a Inglaterra en la segunda
línea de peligro. El proyecto político y económico de este sector lo reflejan
las concepciones de los historiadores y pensadores del campo nacional que
citamos más arriba y se encuentra en el Plan de Operaciones.
Por otro lado estaban los comerciantes monopolistas
españoles, encabezados por Alzaga, que veían tanto en el intercambio libre con
los ingleses como en el triunfo del partido morenista, la extinción de sus
privilegios políticos y comerciales.
El tercer grupo estaba constituido por los comerciantes e
importadores (apoyados por los ganaderos) interesados en el tráfico con
Inglaterra y con el comercio exterior en general. Su representante más notable
sería Rivadavia, verdadero fundador del partido unitario y precursor del
mitrismo.
Moreno se lanzó con toda su generación a la lucha, pero fue
vencido. Para sus detractores historiográficos el saavedrismo sería el
antecedente inmediato de la política de entrega rivadaviana que tantas
consecuencias funestas le acarrearía al país. Derrotado políticamente, se
embarcó el 24 de enero de 1811 y murió el 4 de marzo, a la altura de la isla de
Santa Catalina en circunstancias oscuras. Tenía 32 años de edad.
Se produce el cambio de régimen de gobierno, asume la Junta
Grande, que se traducirá al principio en un cambio de lenguaje político. El
nuevo gobierno carece de un plan nacional como el de Moreno y de una finalidad
concreta. Débil en su lenguaje y políticamente dubitativo.
3.2. ¿Que pasó
después de Moreno?
La caída de Moreno cierra el capítulo genuinamente
revolucionario y nacional de la Revolución de Mayo.
Comienza una crisis monetaria y el gobierno en 1811 autoriza
la exportación de oro y plata. Esta medida no sólo descapitaliza el país sino
que eleva el precio de los artículos de consumo. En el primer triunvirato, cuyo
inspirador es el Secretario Bernardino Rivadavia, se permitirá el ingreso al
país del carbón europeo, se rebajaran los impuestos aduaneros para manufacturas
extranjeras. En definitiva se abrirán las puertas de la aduana a artículos
ingleses que entran en competencia ruinosa con nuestras industrias locales. Los
comerciantes extranjeros tienen, ahora, los mismos derechos que los
comerciantes criollos. El equilibrio de fuerzas se termina de romper. El
capital ingles manda sobre Buenos Aires y el puerto de la reina del plata prima
por sobre las provincias.
Porque, destruida la política nacional de Moreno, que
contemplaba los intereses generales, y entronizada en el gobierno de Buenos
Aires la tendencia rivadaviana probritánica, la oligarquía porteña se adueñó de
la maquinaria virreinal. Usufructuó la provincia-metrópolis y se negó a
repartir las rentas aduaneras con el resto de las provincias argentinas. Así
planteadas las cosas se consolidan dos dependencias: "una interior y
doméstica de las provincias del país con respecto a la provincia-
metrópoli" y la otra exterior del país entero en relación al imperialismo
de turno: el británico.
La oligarquía porteña embolsaba y repartía con sus socios
ingleses la riqueza argentina...... y como respuesta a esta situación nace el
federalismo, resultado del despojo de la riqueza argentina por una sola
provincia.
Digo Mayo la revolución que no fue porque el monopolio del
rey fue suplantado, una vez derrotado Moreno, por el monopolio de la oligarquía
porteña. La metrópoli hizo del país su propia colonia...política ésta que sería
resistida por los caudillos federales. Comienzan por esta razón y en este
contexto histórico las guerras civiles en la Argentina que durarían décadas...
3.3. Su herencia
En 10 meses, Mariano Moreno transformó ideas, concepciones,
produjo polarización política, indudablemente dejó una herencia. No lo hizo
solo, tuvo el respaldo de la Sociedad Patriótica, que era un centro
conspirativo, el Club de Marco y fundamentalmente la Logia Independencia,
entidad revolucionaria, presidida por su amigo Julián Álvarez, quién recibiría
en 1812 a
los conjurados de la fragata Canning (San Martín, Alvear, Zapiola y Chilavert)
procedentes de Londres, a donde habían escapado de las garras de la inquisición
española continental.
Pese a su derrota, la herencia de Moreno siguió vigente, las
banderas morenistas fueron levantadas por federales doctrinarios, como Manuel
Dorrego. Su hermano Manuel Moreno y su amigo Tomas Guido fueron estrechos
colaboradores de Juan Manuel de Rosas. Los caudillos federales hicieron propia
sus enseñanzas en contra de la ambición centralista propia de los comerciantes
porteños del partido rivadaviano.
Moreno supo conjugar lo nacional latinoamericano con las
ideas universales del Iluminismo y la Enciclopedia. Las ideas morenistas en la
economía, sobre el proteccionismo y la industrialización fueron llevadas a cabo
por José de San Martín en Cuyo. En esa zona San Martín expropió a las familias
ricas en animales y bienes para la causa del Ejército libertador y estableció
una única aduana, entre otras resoluciones.
El mismo plan económico del "Plan de Operaciones"
de Moreno y la estatización cuyana de San Martín, años más tarde tendrán
realización concreta en el Paraguay de los López, destruido a sangre y fuego
casi 60 años después, cumpliendo instrucciones del Imperio británico, por los
ejércitos del Brasil esclavista y de la Argentina mitrista.
Resurgirán esas ideas por la unión latinoamericana con el
yrigoyenismo y los socialistas. También el peronismo reivindicará a Moreno, en
contra del nacionalismo católico reaccionario. El entonces diputado Albrieu,
dirá en el parlamento del primer peronismo que la línea histórica nacional se
expresa en la trilogía: Moreno - San Martín - Perón.
Por supuesto, la singular historia circular argentina se
reserva el derecho de repetir sus errores y elegir los caminos de intereses
mezquinos, dejando a la deriva las observaciones y propuestas de figuras como
la de Mariano Moreno, que murió en un barco a Londres, en circunstancias poco
claras.
4. ¿Qué se celebra
cada 25 de Mayo?
Sin dudas existen motivos para celebrar, el solo hecho de
existir como nación nos da esa prerrogativa.
En un ensayo de Eduardo Luis Duhalde y Rodolfo Ortega Peña,
"Mariano Moreno: Utopía y Revolución",
se plantea una cuestión insoslayable para completar un análisis integral del
joven Secretario de Guerra de la Primera Junta. En un texto que valora la obra
de Moreno y sus ideas pero critica sus estrategias se lee: "Mariano Moreno aparece entonces, encarnado,
en nuestra actualidad a la "utopía abstracta". Es un anticipo del tremendismo coetáneo, que
equivocado en la elección de los medios (en tanto no se erige como medio
fundamental de realización de las masas populares) aunque pueda estar acertado
en la idea central, culmina su experiencia política en el más espectacular
fracaso, objetivamente prorrevolucionario". El mismo ensayo manifiesta
que "de utopías está sembrado el
camino de la contrarrevolución".
Creo que esto también se debe incorporar a la lectura de la
historia. Mayo fue Moreno y una revolución que pudo haber sido. Pero que no
fue. Pero no fue por muchas razones. Sin duda que los enemigos de la revolución
y las limitantes sociales contribuyeron en mayor medida a la derrota pero
también los revolucionarios equivocaron los caminos e hicieron su aporte. Creo
que de toda derrota popular se deben extraer las enseñanzas para no repetir los
mismos errores. Es lo único positivo que el pueblo puede extraer de una derrota
de este tipo. Además, ha sido un constante en la historia argentina, ante el
fracaso de los procesos revolucionarios el pueblo fue víctima de políticas
reaccionarias que atentaban contra las mayorías.
José Pablo Feinmann, en uno de sus más sinceros libros, "Filosofía y Nación", tambien hace un balance crítico sobre Moreno. Entiende que sus buenas intenciones iluministas y jacobinas prescindian de un analisis politico concreto. Considera que Moreno expresó una vanguardia sin pueblo, que devino en patrulla perdida. "Sobre que bases políticas fijas y estables habría de constituirse el Estado revolucionario... El soberbio, el solitario Moreno... no tiene respuesta para semejante pregunta...", pero en contra punto concluye Feinmann "...los pueblos sin verdaderas vanguardias quedan reducidos a la indiferenciación amorfa de la multitud...".
José Pablo Feinmann, en uno de sus más sinceros libros, "Filosofía y Nación", tambien hace un balance crítico sobre Moreno. Entiende que sus buenas intenciones iluministas y jacobinas prescindian de un analisis politico concreto. Considera que Moreno expresó una vanguardia sin pueblo, que devino en patrulla perdida. "Sobre que bases políticas fijas y estables habría de constituirse el Estado revolucionario... El soberbio, el solitario Moreno... no tiene respuesta para semejante pregunta...", pero en contra punto concluye Feinmann "...los pueblos sin verdaderas vanguardias quedan reducidos a la indiferenciación amorfa de la multitud...".
Aun así, Mariano Moreno fue el numen de Mayo y su estrella
revolucionaria es la esencia del nacimiento de nuestra Patria, en sus ideas
habita el sueño de una patria libre. De lo demás, no se pueden decir cosas mejores.
5. Más de 200 años de
lucha y resistencia
Hay muchas páginas gloriosas para rescatar, que dibujan la
columna vertebral del pueblo argentino y sus 200 años de lucha. A los sueños de
Moreno y los patriotas de Mayo debemos agregar la causa de Artigas, la epopeya
libertadora de San Martín, la defensa de la soberanía nacional de Juan Manuel
de Rosas, la resistencia heroica de los caudillos federales, el Yrigoyenismo,
la patria de Juan Perón y Eva Perón y el peronismo revolucionario de los 70 y muchas de las cosas buenas que nos ha dejado la democracia que vivimos desde 1983, sobre todo al implosión del neo liberalismo en el 2001 y las medidas a favor de las mayorías populares que tomaron Néstor y Cristina después.
Pero en relación a los procesos en general, estos episodios históricos fueron brillos estelares
intermitentes pero eslabonados en más 200 años de hegemonía de una política
dirigida por las minorías. Todos tienen una solución de continuidad, son parte
de una misma cadena que expresa idénticos valores y sueños.
Pero también creo que el recuerdo debe tener presente a los
genocidios y derrotas que marcaron nuestra identidad. Las páginas oscuras de la
conquista española de América, el genocidio del gaucho consumado por el
unitarismo porteño; el holocausto del pueblo paraguayo y la infame Guerra de la
Triple Infamia que dio el golpe de muerte a toda política de carácter
continental; Roca y el genocidio de los pueblos originarios en la Campaña del Desierto
que consolidó el poder de la oligarquía terrateniente; y el más reciente de
todos ellos, el genocidio de la última dictadura militar de 1976 que destruyó
las bases del modelo económico y social construido por el peronismo. A ellos se
les debe sumar la infinidad de muertes, anónimas para la historia en su inmensa
mayoría, por la aplicación de políticas económicas que generaron miseria,
exclusión, pobreza y violencia social.
Debemos comprender definitivamente que la historia no será
jamás una consecuencia de lo que los líderes y las élites hacen, la historia
tiene un solo protagonista y actor: el pueblo. De sus aciertos y errores, de
sus triunfos y derrotas deriva nuestro presente. La reivindicación del pasado y
sus actores deber ser una búsqueda de antecedentes de una misma lucha.
El 25 de Mayo es el parto de nuestra nación, el
alumbramiento de la argentinidad. Toda evocación a Mayo es un acto de
afirmación de nuestra nacionalidad. Un ejercicio de nacionalismo. Es la Nación
que soñó Mariano Moreno. Pero todo acto de reafirmación nacional a través de la
historia debe tener presente que somos una nación inconclusa, en marcha, porque
todavía no somos lo que podemos ser. Arturo Jauretche lo expresaba con claridad
cuando polemizaba con el nacionalismo reaccionario: "El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba
del padre, el nuestro parece al amor del padre junto a la cuna del hijo, y ésa
es la sustancial diferencia. Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada
para nosotros, sigue todavía naciendo".
Y eso es más válido aún para nuestra generación. La patria
no está hecha, tampoco es un fatalismo histórico, ni el producto de los deseos
de un puñado de hombres y mujeres. La Argentina será lo que nosotros, el pueblo, haga de
ella.
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