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Juan Domingo Perón, en su último discurso al Pueblo Argentino. |
“Para construir la sociedad mundial, la etapa del
continentalismo configura una transición necesaria. Los países han de unirse
progresivamente sobre la base de la vecindad geográfica y sin imperialismos
locales y pequeños. Esta es la concepción de la Argentina para Latinoamérica:
justa, abierta, generosa, y sobre todas las cosas, sincera.
A niveles nacionales, nadie puede realizarse en un
país que no se realiza. De la misma manera, a nivel continental, ningún país
podrá realizarse en un continente que no se realice. Latinoamérica es de los
latinoamericanos. Tenemos una historia tras de nosotros. La historia del futuro
no nos perdonaría el haber dejado de ser fieles a ella”.
La
lucha por la liberación es, en gran medida, lucha también por los Recursos
naturales y la preservación ecológica, y en ella estamos empeñados. Los pueblos
del Tercer Mundo albergan las grandes reservas de materias primas,
particularmente las agotables. Pasó la época en que podían tomarse riquezas por
la fuerza, con el argumento de la lucha política entre países o entre
ideologías.”
Juan
Perón, “Modelo Argentino para el Proyecto Nacional”.
“Entre
la sangre y el tiempo, prefiero el tiempo”.
Juan
Perón.
Tiempos
acelerados
Cada 1 de julio
recordamos el fallecimiento del político más importante de la historia argentina,
Juan Domingo Perón. El líder tuvo muchas etapas, la que va del 73 a su muerte
en el 74 fue la última.
Esos años, el 1973 y
1974 fueron especiales en nuestra historia. Refriéndose a esta etapa histórica,
el escritor Martín Caparrós escribió una vez que “el futuro era la justificación de todo lo que hacíamos, pero muchos
teníamos la confusa sensación de que viviríamos para siempre en un presente
continuo, hecho de continuas marchas, contramarchas, enfrentamientos, treguas,
maniobras y triunfos”. Y seguramente fue así para muchísimos militantes,
porque esta
etapa del Peronismo, que va desde 1973 -hasta el golpe militar del 76- se
caracteriza por la increíble cantidad de hechos que se suceden ininterrumpida y
rápidamente, dando la sensación, de que la historia estaba “acelerada”.
Por esta razón a
continuación haremos una crónica que contiene los hechos y las lecturas más
relevantes, de carácter político e institucional que marcaron esos tres
vertiginosos años de la historia argentina.
“Cámpora
al gobierno, Perón al Poder”
El 11 de Marzo de 1973
gana las elecciones por amplio margen la fórmula Cámpora – Solano Lima. Cámpora
asume la presidencia el día 25 de mayo de 1973 en el marco de una gran
manifestación popular que impide el desfile protocolar de las Fuerzas Armadas.
“Cámpora al gobierno,
Perón al Poder” marcó el cambio favorable en las relaciones de fuerzas
existente en el país, que se había gestado durante largos años de opresión y
resistencia, devolviéndole el poder al pueblo, para sostener la política
peronista bajo la consigna "Liberación o Dependencia".
La Junta Militar se
retira abucheada por la multitud. A la Asunción del gobierno asisten como
invitados líderes latinoamericanos de la talla de Salvador Allende y el presidente
de Cuba, Osvaldo Dorticós.
Aquella gesta
representó el porvenir, por eso la juventud fue la vanguardia. Interpretó la
fuerza incontenible de nuestro pueblo, por eso Perón fue la guía. Representativas
del momento histórico fueron las palabras de Cámpora, en el cierre de su
campaña electoral, quien cerrando su último discurso dijo: “...somos un Movimiento con raigambre y con futuro, pensamos en esa
niñez maravillosa. Queremos entregarle una patria altiva, grande, digna y
justa. Esa señal de victoria será entregada en las urnas. Que nadie se oponga
al triunfo del Pueblo”.
Ezeiza
y los enfrentamientos dentro del peronismo
Ya en el Gobierno,
Cámpora y su comitiva viajan a España para acompañar a Perón en su regreso
definitivo al país.
Una movilización popular
nunca vista en la historia argentina se congrega en Ezeiza para recibir al
General: era el 20 de junio de 1973. Se producen enfrentamientos armados entre
distintas fracciones, con muertos y heridos.
El peronismo tenía una
interna irresuelta, si así lo podemos definir, que en definitiva solo era
funcional a los enemigos del pueblo. También sufría una infiltración de sectores
que confluirían en la dictadura por la derecha. Sobre los motivos reales de lo
sucedido aquel 20 de junio y del proceso interno desatado dentro del peronismo
se han escrito muchas líneas de tinta y demasiadas teorías.
¿Habrá sido por
protagonismo, por visiones políticas distintas, por la inexperiencia y la
incomprensión de los tiempos políticos, por el accionar criminal de sectores de
la denominada Triple A, para evitar el comienzo de la ejecución de un plan
sistemático que se puso de manifiesto en el golpe del 76 o por espacios de
poder, etc.?, Son todas cuestiones aun sujetas a polémicas y encendías
discusiones pero que, en definitiva, considero inoportuno traer a colación en
este breve relato, pero no sin antes aclarar que para la lectura actual solo
debe quedar la enseñanza que a las divisiones internas de los movimientos
populares las sufre siempre el pueblo.
Perón
vuelve al gobierno
Después de toda una
historia de desencuentros, Juan Perón vuelve, para no irse más, a la patria. Rompió
el maleficio que San Martin y Juan Manuel de Rosas no pudieron, dado que ellos
murieron en el exilio. Perón era un hombre que llegaba del otro extremo del océano, el mismo decía que venía “con el corazón abierto a una sensibilidad
patriótica que sólo la larga ausencia y la distancia pueden avivar hasta su
punto más álgido”.
Como si fuera una mera
formalidad Cámpora y Solano Lima firman sus renuncias como gobernantes diciendo:
"Devolvemos a Perón el mandato que nos dio el 11 de Marzo".
Se convoca a elecciones,
en cumplimiento de la acefalia presidencial, el 23 de septiembre, las que gana
ampliamente por el 61,86% en primera vuelta. Fue la victoria política más contundente
la historia nacional. La fórmula era Perón – María Estela de Perón. Asume su
tercera presidencia el 12 de Octubre de 1973.
La
Tercera presidencia de Perón
Durante el año que
estuvo a cargo de la presidencia, su política económica, al igual que en el
primer peronismo apostó a la obra pública como estrategia para combatir el
desempleo. Fiel a su concepción de la “Tercera Posición” que no aceptaba
imposiciones del imperialismo firmó tratados y convenios con la Unión
Soviética, Cuba, China, España, Hungría.
Lanza el Plan Trienal
de Gobierno, un gran proyecto de expansión nacional que aspira al crecimiento
económico y el desarrollo industrial. En esta época se aumentan los salarios y
se reduce la deuda externa y la dependencia con los sectores del capital
internacional.
En cuanto a su política
dentro del propio movimiento peronista buscó fortalecer la doctrina del Justicialismo.
Para ello implementó los "Cursos de Doctrina Justicialista".
Consideraba que era la etapa dogmática de la Revolución Peronista
El
peronismo y la revolución en paz
Todas las lecturas
políticas que se realizan sobre esta etapa histórica hacen hincapié en las
distintas visiones sobre la estrategia política general para la coyuntura.
De qué modo se podía
conciliar la revolución peronista con la situación continental y las presiones
de la oligarquía y los intereses imperialistas en la región de América del Sur
era la cuestión que dividió al movimiento en visiones que, en gran medida,
devinieron en antagónicas.
Las condiciones
políticas, en especial la situación en Latinoamérica, distaban mucho de ser lo
que eran al principio de la década de los 70. Chile, Bolivia, Uruguay y demás países
eran gobernados por dictaduras o mandatarios títeres funcionales a las políticas
de los centros del poder mundial. Del mismo modo, la profundidad y dimensión de
la contraofensiva imperialista en el continente alcanzaban una magnitud nunca
vista en nuestra historia.
Como encarar, desde el movimiento
nacional, las enormes amenazas fue el gran tema irresuelto de aquella etapa histórica,
porque ninguna de las posibles soluciones, tras la muerte de Perón, pudo estar
a la altura de las necesidades de nuestro pueblo.
Una anécdota histórica
del mismísimo Perón, escrita por Ricardo Brizuela, sintetiza y explica la
visión del Líder sobre los días que sobrevendrían a su muerte y como los mismos
debían enfrentarse: “...El general
Domingo Perón se había reunido con dirigentes de organizaciones de la Juventud
Peronista con los que dialogó. Durante el encuentro, el viejo líder dejó
entrever muy claramente cuál era la tendencia para los gobiernos de América
Latina y, al mismo tiempo, desnudaba las características del propio drama argentino.
Perón dijo: “Hay algunos que se apuran y no comprenden que hay que andar con
cuidado. Los otros días me encontré con unos muchachos que me dijeron que hay
que hacer esto, y esto otro; y yo les dije: “ustedes quieren hacer igual que
Allende en Chile, y miren cómo le va a Allende...” ¡Hay que andar con calma! ...
¡Cuidado con eso! Porque la reacción interna, y apoyada desde afuera, es
sumamente poderosa... Y aquí todavía hay tipos que están mirando por debajo de
las rejas de los cuarteles para ver cuándo pueden salir. Y a ese intento hay
que oponerle un poder político muy cohesionado y sólido. De manera de evitar
caer de nuevo en todo lo que hemos pasado en estos dieciocho años. De modo que
este rabo está por desollarse todavía. No nos hagamos ilusiones: ya demasiado
se ha hecho hasta alcanzar esto. Cualquier otro modo quien sabe si nos hubiese
podido salvar de la misma manera que nos ha salvado este. Los ingredientes de
la revolución son siempre dos: sangre y tiempo; si se emplea mucho tiempo se
ahorra sangre. Pero siempre es una lucha. Nosotros preferimos usar el tiempo,
no gastar sangre inútilmente”.
El
adiós al líder
Un gran problema se
avecinaba a los argentinos y argentinas: la salud y la existencia misma del
líder. Perón se halla debilitado, ya no tiene fuerzas para continuar en el
gobierno por lo que el 29 de junio de 1974, delega el poder en la
Vicepresidenta.
Los Comandantes
Generales de las tres Armas afirman su respaldo a los preceptos
constitucionales y las normas legales en vigencia. Los mismos sostienen todos
los partidos políticos con representación parlamentaria. Como la historia nos enseña,
no cumplieron con su palabra.
El 1º de julio del
mismo año, Perón muere en la Residencia de Olivos, tenía 78 años. Asume la
Presidencia su esposa, Vicepresidenta de la Nación, María Estela Martínez de
Perón, que todos conocerán como "Isabelita".
La muerte de Perón implicó
el fin de una era política. En términos de justicia social, distribución de la riqueza,
igualdad real y movilidad social ascendente, desde aquel día al presente, todo fue
para atrás, con distintos ritmos, con algunos repuntes, nunca recuperarnos la
impronta de aquella sociedad de pleno empleo y justicia social. Lo que hizo singular y valorable a Argentina
en el siglo XXX se comenzaba a extinguir.
Enemigo
al acecho
Mas que motivados por
la muerte de Perón, las presiones de los sectores golpistas de la oligarquía no
cesaban, muchas veces encontrando facilitada su labor por las divisiones
internas del movimiento.
No por casualidad, en
aquellos días también suben los precios de combustibles, (crisis energética
mundial) las tarifas de electricidad, gas, transporte y comienza el
desabastecimiento, sube también el costo de vida. Postales propias del eterno
retorno del drama argentino que llegan al presente.
Esto, sumado a una
serie de hechos políticos violentos comienza a crear un clima conflictivo en el
país. La falta de consenso de Isabel y el vacío de la muerte de Perón que nadie
pudo llenar hizo que organizaciones armadas que habían resistido la dictadura
militar no decidan deponer su lucha. Sectores de la sociedad civil comenzaban a
militarizarse. En el aspecto social se respiraba un clima revolucionario, que
estaba encarnado en la misma Juventud Peronista, ya bajo la conducción de
Montoneros y las distintas organizaciones revolucionarias.
Del otro lado, la
criminal Triple A recrudecía su accionar en lo que ya sería el huevo de la serpiente
del genocidio que comenzará en marzo de 1975
Prólogo
al golpe genocida
Sin Perón, no había
nadie con pudiera conducir a las fuerzas en pugna dentro del movimiento. Tras su
muerte se precipitaron todos los problemas contenidos por su sola presencia. Su
mujer poco y nada podía hacer, para peor, detrás de su débil figura se
acrecentaba la sombra del siniestro José López Rega, jefe de la criminal Triple
A (Alianza Anticomunista Argentina). Poco durará Isabelita en el Poder.
Desde la muerte de
nuestro líder, en junio de 1974, su viuda gobernó en un clima de violencia
generado, en parte por las luchas internas de propio peronismo. A la par de la
acción de las organizaciones armadas aumentó el terrorismo paraestatal de la
Triple A. Para peor, comenzó el llamado Operativo Independencia del Ejército
Argentino en los montes tucumanos para combatir la guerrilla, estalla el
llamado "Rodrigazo" (impuestazo y devaluación), aumenta la cotización
del dólar, aumentan los combustibles, los transportes. Como se ve, siempre pasan
cosas parecidas en las peores crisis.
La C.G.T. realiza paros
repudiando la política económica. Se produce una crisis militar, y considerando
débil a la presidenta de la Nación, se sublevan efectivos de la Fuerza Aérea de
Morón, produciéndose enfrentamientos armados que dejan como saldo decenas de
muertos.
El 24 de Marzo de 1976,
Isabelita es detenida por orden de la Junta de Comandantes Generales de las
Fuerzas Armadas iniciando así el llamado "Proceso de Reorganización
Nacional".
Y de esta manera el
peronismo junto con amplios sectores del pueblo argentino entrará en esa larga
noche de horror hasta la recuperación de la Democracia en 1983.
El
último mensaje de Perón
Como texto de lectura y
reflexión para esta etapa hemos elegido un documento del General Perón: “El
modelo Argentino para el proyecto nacional”.
El Modelo Argentino
para el Proyecto Nacional es la obra póstuma de Juan Domingo Perón. Escrita en
1974, en los meses previos a su desaparición física, sintetiza, por lo tanto,
la última actualización de su pensamiento y de su doctrina.
Este Modelo Argentino
nos muestra la lucidez del Líder en lo que es considerado uno de sus mejores
escritos políticos doctrinarios. Tal vez este documento, este largo documento,
podría decirse, es la herencia política de Perón.
Hemos seleccionado para
este apunte algunos párrafos que muestran su visión del mundo, anticipando el
fenómeno que hoy se denomina globalización, su idea de nacionalismo y Patria
Grande en una Latinoamérica integrada, sus inquietudes por el tema ecológico y
los recursos naturales, como así también el concepto de “democracia social”,
llamando a la unidad para resistir a un mundo que se perfilaba como signado por
la desigualdad. Este “Modelo Argentino para el proyecto nacional”, fue leído
por el General Perón ante el Congreso de la Nación el día 1 de mayo de 1974:
”Se percibe ya con firmeza que la
sociedad mundial se orienta hacia un Universalismo que, a pocas décadas del
presente, nos puede conducir a formas integradas, tanto en el orden económico
como en el político.
La integración social del hombre en
la tierra será un proceso paralelo, para lo cual es necesaria una firme y
efectiva unión de todos los trabajadores del mundo, dada por el hecho de serlo
y por lo que ellos representan en la vida de los pueblos.
La integración económica podrá
realizarse cuando los imperialismos tomen debida conciencia de que han entrado
en una nueva etapa de su accionar histórico, y que servirán mejor al mundo en
su conjunto y a ellos mismos, en la medida en que contribuyan a concebir y
accionar a la sociedad mundial como un sistema, cuyo único objetivo resida en
lograr la realización del hombre en plenitud, dentro de esa sociedad mundial.
La integración política brindará el
margen de seguridad necesario para el cumplimiento de las metas sociales,
económicas, científico-tecnológicas y de medio ambiente, al servicio de la
sociedad mundial.
El itinerario es inexorable y
tenemos que prepararnos para recorrerlo. Y aunque ello parezca contradictorio,
tal evento nos exige desarrollar desde ya un profundo nacionalismo cultural
como única manera de fortificar el ser nacional, para preservarlo con
individualidad propia en las etapas que se avecinan.
El mundo en su conjunto no podrá
constituir un sistema, sin que a su vez estén integrados los países en procesos
paralelos. Mientras se realice el proceso universalista, existen dos únicas
alternativas para nuestros países: neocolonialismo o liberación.
La pertinacia en levantar fronteras
ideológicas no hace sino demorar el proceso y aumentar el costo de construcción
de la sociedad mundial.
Para construir la sociedad mundial,
la etapa del continentalismo configura una transición necesaria. Los países han
de unirse progresivamente sobre la base de la vecindad geográfica y sin
imperialismos locales y pequeños. Esta es la concepción de la Argentina para
Latinoamérica: justa, abierta, generosa, y sobre todas las cosas, sincera.
A niveles nacionales, nadie puede
realizarse en un país que no se realiza. De la misma manera, a nivel continental,
ningún país podrá realizarse en un continente que no se realice. Latinoamérica
es de los latinoamericanos. Tenemos una historia tras de nosotros. La historia
del futuro no nos perdonaría el haber dejado de ser fieles a ella.”
“La lucha por la liberación es, en
gran medida, lucha también por los Recursos naturales y la preservación
ecológica, y en ella estamos empeñados. Los pueblos del Tercer Mundo albergan
las grandes reservas de materias primas, particularmente las agotables. Pasó la
época en que podían tomarse riquezas por la fuerza, con el argumento de la
lucha política entre países o entre ideologías.”
“El modelo Argentino precisa la
naturaleza de la democracia a la cual aspiramos, concibiendo a nuestra
Argentina como una democracia plena de justicia social. Y, en consecuencia,
concibe al Gobierno con la forma representativa, republicana, federal y social.
Social por su forma de ser, por sus objetivos y por su estilo de
funcionamiento.”